Los andenes del Terminal de pasajeros de Valencia amanecieron vacíos y la poca afluencia de viajeros mantiene preocupados a los transportistas, quienes se reincorporaron la semana pasada luego de ochos meses de paralización por la pandemia.
William Betancourt, despachador de las rutas a Barquisimeto, pasó toda la mañana esperando que se llenara el segundo autobús. El primero habría salido a las 8:00 a.m. Con menos del 50% de ocupación y tres horas después, tan sólo cuatro personas habían comprado un pasaje para ese destino.
Caso similar ocurrió en los expresos para San Fernando de Apure. El primer carro zarpó con ocho pasajeros y el segundo con siete. “El tercer autobús esperó una hora y sólo dos personas habían subido. Entonces decidió no salir, porque no es rentable”, explicó el chofer de ruta Jovany Moncada.
Cobro adicional
Para viajes cortos como Caracas y Puerto Cabello el tiempo de partida aproximado era de 45 minutos, pero los expresos que más sufrieron retardos fueron los de destinos lejanos, lo que significó una eterna espera para los pocos usuarios que asistieron al terminal.
Carla Rodríguez había llegado a la central de autobuses a las 5:00 a.m con su hermanas y sus sobrinos, cargando varias maletas. Se disponía a ir a San Antonio de Táchira pero a las 11: am de la mañana apenas 10 pasajeros habían cancelado el pasaje.
Rodríguez denunció que los transportistas de esa cooperativa les estaban pidiendo que pagaran dos boletos adicionales entre todos para poder arrancar. “Son 25 dólares el pasaje y de paso nos están pidiendo que paguemos otros para poder irnos. Cómo no hay suficientes pasajeros nos cobran más dinero. Y no es justo”.
El baño público privado
Otra denuncia de los usuarios fue la privatización del baño en el terminal público. Las sobrinas de Rodríguez tuvieron que orinar en los alrededores de las instalaciones porque a la entrada de los sanitarios les estaban cobrando 200 mil bolívares en efectivo por persona, cifra con la que no contaban debido a la crisis de papel moneda en la entidad.
Las mujeres encargadas del mantenimiento de los baños alegaron que el cobro se debe a que la administración del terminal no les está pagando por el servicio, y tampoco les otorga los implementos de limpieza requeridos. “El cloro, el desinfectante, el papel higiénico, todo lo compramos por nuestra cuenta para mantener limpios los baños”, comentó una de las trabajadoras.