Crónica Uno
Caracas. El miedo a ser detenidos es el mismo. La reserva de todos los que acuden a manifestaciones de calle, cubren sus rostros y prefieren dar testimonios anónimos a la prensa también se mantiene. Entre los seguidores de la oposición “todo sigue igual” tras la salida de Venezuela hace una semana, el 7 de septiembre pasado, del excandidato presidencial de la oposición Edmundo González Urrutia.
“Todo sigue igual, él se fue porque debía estar a salvo, porque preso no sirve de nada. Y nosotros seguimos aquí, asediados pero decididos a no rendirnos, hasta el final”, dijo a Crónica.Uno el familiar de un preso político que, aunque prefirió no identificarse, acompañó la reciente protesta de la oposición hasta la Embajada de Brasil en Caracas.
Este opositor admitió que la salida de González Urrutia del país para ser asilado en España no es una decisión fácil de asimilar. Si bien considera que “no había otra opción”, la describe como “un golpe” para todos los que luchan desde Venezuela.
“Si muere el líder, muere la causa”
González Urrutia, quien llegó a España el 8 de septiembre, recibió un espaldarazo del Parlamento español. Los diputados reconocieron la victoria del opositor, que rechaza los resultados anunciados por el Poder Electoral venezolano y aseguró que obtuvo casi 7 de cada 10 votos en las presidenciales.
Un dato que se aleja por mucho de la cifra ofrecida por el Consejo Nacional Electoral (CNE), que declaró como ganador al chavista Nicolás Maduro con más del 51 % de los votos.
Ya desde el 6 de agosto, el excandidato se había puesto en resguardo y desaparecido del ojo público. Tras la emisión de una orden de aprehensión, tomó la decisión de irse de Venezuela.
Esta realidad es vista por quienes salen a protestar en contra del chavismo como una necesidad, pues muchos consideran que se trató de una estrategia para salvaguardar al diplomático de 75 años de edad, cuya libertad corría peligro dentro de Venezuela.
“Si estoy de acuerdo con que el señor Edmundo, presidente de la República escogido mediante una elección el 28 de julio, esté donde está en este momento, porque al rey hay que cuidarlo. Si muere el líder, muere la causa”, dijo otra opositora que prefirió el anonimato.
“La fe intacta”
Leida Brito, conocida como “la abuela” en las manifestaciones opositoras, ha acompañado con su casco rojo y su acostumbrada pancarta circular todas las protestas y movilizaciones convocadas por la líder opositora María Corina Machado, antes y después de las elecciones presidenciales.
Para ella, “la fe sigue intacta”, tras lo que muchos denominaron “la huida” de Edmundo González, luego de que el fiscal Tarek William Saab lo citará en tres ocasiones por su presunta implicación en la difusión de las actas de la elección presidencial en la página resultadosconvzla.com y, posteriormente, ordenara su captura.
“Mi fe sigue intacta. Mi fe sigue creyendo que sí vamos a tener un cambio político porque lo decidimos. No porque nadie nos mandó, no porque nos pagaron. Queremos un cambio político porque estamos cansados. Mis hijos están fuera del país, tengo una mamá parapléjica, qué más puedo hacer, tengo que seguir luchando”, sentenció.
Brito destacó que González Urrutia es un adulto mayor y “poner un viejito preso, eso no tiene nombre, a todos los venezolanos nos dolería”.
En equipo
Quienes sostienen la tesis de que hubo un fraude en las elecciones presidenciales esperan que la presencia de María Corina Machado sostenga la lucha opositora. Que mantenga activa la lucha por la publicación de las actas electorales en manos del Poder Electoral.
El voto no se puede tapar con un dedo. Aquí todo el mundo votó en contra del señor Nicolás Maduro y tenemos esperanza de que vuelva otra vez la democracia a Venezuela. Queremos que nuestros familiares fuera del país vuelvan”, dijo Luis Ramírez.
Ramírez espera que Machado “siga haciendo lo que está haciendo hasta el final”. Y que se concrete, con presión, que sea González Urrutia quien se pueda juramentar el próximo 10 de enero como presidente.
Lea la nota completa en Crónica Uno