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Refinería de Bajo Grande paralizada desde 2018. (Foto cortesía)

No duda al decirlo, a pesar de que hoy parezca un escenario lejano. “Claro que se puede levantar la industria petrolera de Venezuela”, dijo el economista y ex director de Pdvsa, José Toro Hardy, al explicar que solo a través de la inversión privada podría darse la recuperación de la que llegó a ser la principal fuente de ingresos del país.

Según sus estimaciones, entre inversiones y gastos, se necesita la inyección de un capital de aproximadamente 25 mil millones de dólares anuales, durante ocho o 10 años, para poder recuperar los niveles de producción de petróleo y combustible que registraba Pdvsa hace 20 años, antes de pasar a manos del Estado.

“Si recuperamos la industria petrolera va a ser cualitativamente diferente a la actual, porque el Estado venezolano está quebrado y no puede hacerlas”, afirmó el especialista durante el foro “¿Qué pasa con la gasolina?”, organizado por Transparencia Venezuela. “Esas inversiones tendrían que venir del sector privado para que de la mano con el Estado venezolano puedan emprender la reconstrucción de la industria”.

A Venezuela le quedan apenas 20 años para reactivar su industria si realmente quiere capitalizar las grandes reservas de crudo con las que cuenta, advirtió, ya que la demanda mundial de petróleo seguirá creciendo solo hasta 2040 y luego será desplazado por otros agentes energéticos menos contaminantes.

“Sin inversión privada, no seremos capaces de reactivar la industria y quedaremos en el olvido como una etapa desperdiciada”, insistió. “Lo único que nos impide reactivar esta economía es el modelo económico actual. Tenemos que cambiarlo para garantizar la seguridad jurídica y la propiedad privada”.

Toro Hardy aclaró que aunque el gobierno de Nicolás Maduro recientemente ha intentado mostrar una apertura parcial de la economía, las medidas adoptadas siguen sin representar el cambio que se necesita. Puso de ejemplo la Ley Antibloqueo, que a su juicio representa la negación de las posibilidades de recuperación de Venezuela.

Una industria acabada

Para el ex director de Pdvsa “no hay nada más doloroso que ver la destrucción masiva de la industria petrolera venezolana”, que llegó a ser considerada la segunda mayor del mundo. Aseguró que hoy se deberían estar produciendo en el país al menos cinco millones de barriles diarios de crudo, sin embargo, solo se están sacando 365 mil barriles, según datos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

Negó que el declive de la estatal petrolera haya iniciado luego de las sanciones impuestas por los Estados Unidos en 2019. “Quien dice lo de las sanciones ignora que el problema inició en 2004, cuando Pdvsa ya no contaba con el personal adecuado para llevar a cabo sus procesos productivos. Nadie notó lo que estaba ocurriendo para ese momento porque los precios del petróleo eran elevados”.

Fue enfático al señalar que la industria petrolera ha sido devastada. Prueba de eso, sostuvo, son las seis refinerías del país, que se encuentran paralizadas o parcialmente operativas produciendo esporádicamente unos pocos barriles de combustible por algunas semanas, como la Refinería El Palito, que debido a fallas continuas no ha logrado mantener una producción consistente.

“La refinación es una industria de alto riesgo porque trabaja con altas presiones y temperaturas, y estamos sufriendo las consecuencias del descuido dramático de esas instalaciones”, sentenció el economista. “No hay gasolina, no hay gas, los venezolanos están consumiendo leña para cocinar en medio de esta destrucción masiva”.

Toro Hardy expuso que de producirse un cambio político en el país que permita la apertura de la economía, en una primera etapa sería necesario para cubrir la demanda interna importar combustible, probablemente desde la filial estadounidense Citgo, ya que las refinerías se encuentran en muy malas condiciones.

“Se estima que abastecer todo el mercado nacional podría demorar entre 17 y 20 días, en una primera etapa”, manifestó. “Después habrá que hacer las grandes inversiones para reconstruir y reacondicionar y poner a funcionar progresivamente a la industria, pero en la primera etapa hay que importar gasolina para poder resolver el desabastecimiento”.

Calidad de la gasolina

En cuanto a la calidad del combustible que en los últimos meses ha importado el gobierno desde Irán, aseveró que no conoce con exactitud cuáles son sus características, ya que requiere de la realizaron de un examen físico químico. Aunque la nación islámica puede producir combustible bajo los estándares internacionales, “desde luego es la de menor calidad la que envían a Venezuela”.

“Los vehículos que hay en el país funcionan con gasolina de 91 y 95 octanos, es por eso que un combustible con menor octanaje al establecido puede traer como consecuencia pistoneo en los vehículos, cosa que todos estamos experimentado. Eso indica que la gasolina no reúne las características adecuadas para el parque automotor venezolano”, informó.




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