El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) convalidó este jueves 22 de agosto los resultados que emitió el Consejo Nacional Electoral (CNE) sobre los comicios presidenciales del 28 de julio pasado, que dan como ganador con más del 51 % de los votos al chavista Nicolás Maduro.
El fallo fue previamente rechazado por la oposición mayoritaria porque el procedimiento “excede” las competencias del tribunal. La decisión, que abre la puerta a una nueva e incierta etapa en la vida política de Venezuela, no tiene precedentes en la vida democrática del país.
Los únicos antecedentes conocidos ocurrieron en países como México, Estados Unidos o Brasil, como recordó al leer el fallo la presidenta del TSJ, Caryslia Rodríguez. Sin embargo, en todos esos casos se debió a dudas de los candidatos opositores por el estrecho margen de los resultados.
También leer: TSJ convalidó resultados de las elecciones anunciados por el CNE
Con todo, en estas naciones los órganos electorales no tienen carácter de poder, como sí ocurre en Venezuela. Esta diferencia ha llevado a juristas y políticos a apuntar que el TSJ, un organismo que controlan magistrados afines al chavismo, no tiene competencias para pronunciarse sobre los resultados de los comicios, que la oposición tacha de “fraudulentos”.
A continuación, Crónica Uno resumió las tres claves a tener en cuenta sobre el fallo del TSJ:
1. Las ansiadas actas, en “resguardo” del TSJ
La oposición mayoritaria exigió al CNE, la misma noche del 28 de julio y tras rechazar los resultados oficiales, la publicación de los votos mesa por mesa y de las actas que emiten las máquinas que se usan en los comicios de Venezuela.
Días después, y mientras el equipo del excandidato Edmundo González mantenía su reclamo sobre la publicación de las actas, la oposición publicó en un sitio web parte de estos documentos de la elección. Los documentos serían las copias fidedignas de los comprobantes de escrutinio, obtenidos de sus más de 30.000 testigos.
Según estas actas, que no han podido ser contrastadas con las del Poder Electoral venezolano -que 25 días después de la elección aún no atiende a las innumerables peticiones para que las publique-, Edmundo González, que no deja de exigir la divulgación de las actas oficiales y resultados desagregados, obtuvo un apabullante triunfo ante Nicolás Maduro.
Pero la Sala Electoral del TSJ dijo este jueves que todo el material electoral, lo que incluye las actas originales de los comicios, queda a su “resguardo”, por cuanto se intuye que no se publicarán en el futuro inmediato.
2. El “desacato” de Edmundo González
El fallo también ratifica que Edmundo González, que dice tener casi el 70 % de los votos de la elección del 28 de julio, entró en “desacato”. La acusación se basa en que no atendió la citación del TSJ. Por ello está sujeto a posibles “sanciones” que no se especificaron.
Según su familia y entorno, el opositor permanece “a resguardo”, algo que en la práctica puede traducirse como en la clandestinidad, hasta que Venezuela avance hacia una transición.
González no se presentó a la última protesta opositora, el pasado sábado. En esa ocasión miles de sus simpatizantes tomaron las calles en Venezuela y más de 300 ciudades del mundo para exigir que se diga “la verdad” sobre los pasados comicios.
El TSJ había pedido al excandidato que llevara “todos los recaudos” de la elección, sin hacer público a qué documentos hacía referencia.
3. Respaldo a las denuncias de ataque cibernético al CNE
La sentencia del TSJ también señala que los peritos de este inédito proceso evidenciaron “un ataque cibernético masivo al Poder Electoral” venezolano. La afirmación coincide con la denuncia que en su momento hizo el presidente del CNE, el exdiputado chavista Elvis Amoroso.
Este ataque cibernético, que de acuerdo con voceros del chavismo provino de Macedonia del Norte, buscaba alterar los resultados. Según esa versión, la fase más afectada fue la de transmisión de los datos de la elección.
Pero la sentencia no menciona que el CNE suspendió varias auditorías. Entre esas estaba incluida una que probaría el ataque al alguna vez considerado “inviolable” sistema cibernético del Poder Electoral. Esta auditoría hubiera arrojado luces sobre las denuncias de ciberataque.
Leer nota completa en Crónica Uno