Un bombardero estratégico estadounidense B-52 aterrizará por primera vez en Corea del Sur este jueves, en lo que supone una nueva muestra de fuerza por parte de los aliados ante Corea del Norte.
Aunque este bombardero con capacidad para portar armas nucleares ha participado anteriormente en ejercicios aéreos conjuntos sobre la península, es la primera vez que tocará tierra en Corea del Sur.
Está previsto que el B-52 aterrice este próximo 19 de octubre y que participe en eventos ligados a la edición de este año de la Exhibición Internacional de Defensa y Aeroespacial de Seúl (Seoul ADEX), que se celebra desde mañana hasta el jueves en la Base Aérea de Seúl en Seongnam, al sur de la capital surcoreana, según informaron las Fuerzas Estadounidenses desplegadas en Corea (USFK) en un comunicado.
El B-52 es, junto con el B-2 y el B-1, el principal bombardero estratégico de los Estados Unidos.
La llegada del bombardero supone otra demostración más de la llamada "disuasión extendida o ampliada", compromiso del Pentágono con Seúl que incluye el envío regular y rotatorio de activos estratégicos estadounidenses para responder al régimen norcoreano y desalentar futuras acciones como pruebas de armas de destrucción masiva.
El aterrizaje del B-52 viene precedido de otro gesto que va en esa misma dirección; el amarre del portaaviones de propulsión nuclear USS Reagan al puerto de Busan (320 kilómetros al sureste de Seúl), el cual abandonará hoy tras permanecer cinco días realizando actividades de intercambio con la Armada surcoreana.
Corea del Norte condenó la semana pasada la llegada de un portaaviones estadounidense a Corea del Sur y amenazó incluso con destruirlo si se produce una escalada.
El régimen tiene previsto lanzar antes de final de mes un cohete espacial con el cual pretende poner en órbita su primera satélite espía, una acción que Seúl y Washington consideran una prueba encubierta de misiles balísticos de alcance intercontinental (ICBM), algo que le prohíben a Pionyang las sanciones de la ONU.
Tras el fracaso de las negociaciones sobre desnuclearización de 2019, la tensión ha vuelto a dispararse en la península coreana, con Corea del Norte rechazando cualquier oferta de diálogo y realizando un número récord de pruebas de misiles y el y EE.UU. retomando sus grandes maniobras conjuntas y desplegando en la región activos estratégicos estadounidenses.