La imponente avenida Bolívar de la capital carabobeña no volvió a ser la misma luego de aquella visita del fallecido presidente Hugo Chávez el 18 de noviembre de 2006, cuando inauguró las primeras tres estaciones de la Línea 1 del Metro de Valencia y anunció el inicio de la construcción de la Línea 2. Las obras todavía inconclusas del sistema subterráneo acabaron con el esplendor que durante décadas caracterizó esta arteria vial.
Considerada el corazón de la ciudad por su ubicación estratégica, rodeada por comercios y zonas residenciales, se divide en dos sectores: avenida Bolívar Sur y avenida Bolívar Norte. La sección sur abarca desde la avenida Sesquicentenario hasta el Boulevard Constitución, en el centro de la ciudad. Mientras que la sección norte inicia justo después de la avenida Cedeño cruce con Boulevard Constitución y culmina en la redoma de Guaparo.
Desde mediados de 1975, cuando se realizaron los primeros estudios de factibilidad para su construcción, los valencianos esperaban que el ambicioso proyecto del metro, que estipulaba 30 estaciones divididas en cuatro tramos, sirviera no solo para conectar al sur con el norte de la ciudad, sino también para aportar mayor dinamismo y fortalecer la intensa actividad comercial que allí había. Sin embargo, el efecto causado fue todo lo contrario.
Del total proyectado, solo nueve estaciones fueron culminadas, cuatro están en construcción, las 17 restantes no tienen ni siquiera la primera piedra puesta y las obras de la Línea 2, que debió entrar en funcionamiento en noviembre de 2009, están completamente paralizadas desde 2015. 14 años después de la primera vez que los valencianos pudieron montarse en los vagones, la avenida Bolívar se encuentra completamente ensombrecida.
Todos los que transitan actualmente por la avenida Bolívar, caminando, en transporte público o vehículo particular, sufren los embates del abandono de la construcción del metro. Pero, sin duda, el sector más afectado ha sido el comercial. Desde que inició la construcción de la Línea 2 hasta la fecha han quebrado entre 250 y 300 comercios debido al impacto negativo generado por las obras inconclusas, de acuerdo a cifras de la Asociación Un Millón de Amigos por el Metro de Valencia.
“Muchísimas zonas comerciales fueron afectadas por esas obras inconclusas que quedaron, sobre todo en la avenida Bolívar Norte”, señaló en entrevista con El Carabobeño el vicepresidente de la Cámara de Comercio de Valencia, Lorenzo Araujo, quien expuso que las estructuras abandonadas en todo el medio de la avenida dificultan el acceso hacia los locales comerciales adyacentes.
La estación que se encuentra precisamente frente a la cámara, perteneciente a la inconclusa Línea 2, tiene solo uno de los dos accesos habilitados. El otro no ha sido terminado, pese a que ya han pasado más de cinco años desde que en abril de 2015 el sucesor de Chávez, Nicolás Maduro, inauguró esa y la estación Francisco de Miranda (Rectorado): solo dos de las seis del segundo tramo del metro.
Araujo aseguró que la paralización de la construcción del subterráneo se ha mantenido en detrimento de todos los comercios cercanos y, a pesar de eso, “hemos visto cómo el impuesto inmobiliario de cada uno de esos locales se ha estado incrementando, aun cuando su actividad mermó de forma considerable”. Fue enfático al señalar la necesidad de que sean culminadas todas las obras superficiales que quedaron a medias.
Fue en el 2000 cuando la compañía Metro de Valencia, constituida como empresa en 1991, fue prácticamente expropiada por el Gobierno nacional bajo el mando del líder de la Revolución Bolivariana. Con esta maniobra el Ejecutivo pasó al Ministerio de Infraestructura (Minfra) el 92 % de las acciones, cuando un 99 % era de la alcaldía y el 1 % de Funval.
El proyecto inicial impulsado por los alcaldes de Valencia, Argenis Ecarri y Francisco “Paco” Cabrera”, era de trinchera abierta e incluía la ampliación y modernización de los sistemas de aguas blancas, negras, alumbrado y telefonía. Pero el chavismo, tras adquirir la mayoría de las acciones del metro, cambió el método constructivo a túnel circular, por medio de una máquina taladradora que fue bautizada como “Topa Beatriz”.
En 2007 fue concluida la Línea 1, con sus siete estaciones. De acuerdo a cifras oficiales, la culminación de este primer tramo requirió una inversión total de 782 millones 680 mil 719 dólares, financiada por medio de fondos públicos nacionales e internacionales. Por su parte, quedan todavía cuatro estaciones de la Línea 2 por construir: Los Sauces, Majay, El Viñedo y Guaparo, aunque la promesa de Chávez fue que estaría lista en noviembre de 2009.
El urbanista egresado de la Universidad Simón Bolívar (USB), Alejandro Conejero, consideró que es necesario y urgente que sea culminada la Línea 2 del metro y que el proyecto de construcción de las otras líneas sea reemplazado por una alternativa de transporte masivo superficial, a través de autobuses de tránsito rápido.
A diferencia del proyecto de extensión del metro, cuya última estación fue inaugurada hace más de cinco años, el de los autobuses de tránsito exclusivo resulta menos costoso, más realizable en el corto plazo y con mayor eficiencia en la tarea de intensificar la dinámica entre el norte y el sur de la ciudad, expuso Conejero.
Hizo referencia a la Autopista Regional del Centro, que atraviesa toda capital carabobeña y la divide en dos, generando desigualdad y una notoria estratificación social que “no colaboran con la convivencia”. En este punto, también resaltó la importancia de terminar la circunvalación de Valencia, para que todo el tránsito proveniente de Caracas con destino a Barquisimeto o viceversa, no tenga que entrar a la ciudad.
Conejero está convencido de que “esas pequeñas cosas podrían hacer de Valencia, otra”, si existiese la voluntad política necesaria para llevarlas a cabo.
