(Foto Referencial)

Vecinos de Los Mangos, Los Sin Techo y 1º de Mayo, parte alta de El Cementerio, protestaron ayer por el asesinato del adolescente Pablo José Tovar (14), quien tenía una discapacidad intelectual y fue tiroteado por funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana que realizaron un procedimiento en la zona el martes a las 10 de la mañana.

Pablo Tovar tenía dificultad para expresarse, no iba al colegio, recogía basura y hacía mandados a los vecinos. Era el tercero de cinco hermanos y estaba volando papagayo cuando lo tirotearon.

Los vecinos mencionaron a unos policías conocidos como “Bello”, “Cruz” y “Lozada”, quienes habrían actuado en el hecho.

Con pancartas alusivas a los policías los vecinos se apostaron en las escalinatas del barrio para exigir justicia.

Un menor de 10 años, hermano de Pablo, contó que escucharon los tiros, Pablo venía corriendo y se abrazó de su hermano, quien le colocaba la mano en la herida como para detenerle la hemorragia, en el costado derecho.

-El policía me gritaba quítate, suéltalo, lo voy a matar, es un malandro, me empujó y me empezó a quitar la camisa.

El menor dijo que el short y las cholas le quedaron impregnadas con la sangre de su hermano.

La vecina Katherine Escalona dijo que los policías impidieron que se acercaran a auxiliar al muchacho herido, y ellos mismos lo trasladaron al Pérez Carreño.

Yo escucho los disparos, nos asomamos y vemos que viene “el catire” herido. Tratamos de ayudarlo pero no nos dejaron, nos empujan y nos meten ajuro para las casas. Decían que era un malandro, que andaba con dos pistolas. Les dije que era enfermo, pero gritaban que lo iban a matar porque era malandro. Lo dejaron que se desangrara, detalló Escalona.

Otra vecina que no se identificó expresó: Ya estamos cansados de tantas muertes. Esta fue la gota que rebasó el vaso. Hacemos responsables de lo que nos pase a la PNB y a los colectivos Sendero Luminoso y Divino Niño.

El padre, Pablo Márquez dijo que su hijo era “sano, todos lo conocían. Pueden preguntar en la comunidad como somos nosotros, lo que hacemos es trabajar, no son malandros. Mi hijo recogía la basura, cargaba bombonas de gas. Lo que pasa es que los policías a veces confunden a los muchachos con los malandros. Fui al Pescozón (Hospital Pérez Carreño) a reconocerlo y nadie me dio una explicación”.

 




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