Es un gran privilegio para Venezuela tener como patrona a la Virgen de Coromoto, cuya festividad se celebra este miércoles 11 de septiembre. Su aparición, junto con la de la virgen de Guadalupe, en México, son las únicas que han dejado constancia física de sus manifestaciones en reliquias en todo el mundo.
Ocurrió hace 374 años en la población de Guanare, estado Portuguesa. Desde que se conoció la noticia, los venezolanos le rinden culto.
Monseñor Sótero Valero Ruz, V Obispo de la Diócesis de Guanare, autorizó la restauración de la reliquia de Nuestra Señora de Corotomo en el año 2002. El minucioso trabajo fue realizado por los expertos Pablo González, Carmen Díaz y Nancy Morella Jiménez, esta última responsable de restaurar el Acta de Independencia de Venezuela. Los acompañóel señor José Luis Matheus de la Fundación María Camino a Jesús y el Padre Manuel Brito.
Entre el 9 y 15 de marzo de 2009 la reliquia es sometida a un tratamiento de conservación, con la aprobación de la Conferencia Episcopal Venezolana .
El proceso de restauración tardó cinco días y se efectuó en un laboratorio instalado en el Santuario Nacional en Guanare. Con él se evidenció que mantiene la imagen que la virgen dejó en manos del indio Coromoto.
No cabe la menor duda que esta santa reliquia es auténtica, de su tiempo. Es un regalo especial de la Virgen María a Venezuela con sus rasgos indígenas
Monseñor Sótero Valero Ruz, V Obispo de la Diócesis de Guanare
Los fieles solo deben pedir a la Virgen con fe para que interceda ante el padre para recibir el favor que desee.
La historia de la Virgen de Coromoto
En una publicación de la Basílica Menor Santuario Nacional de Nuestra Señora de Coromoto, se indica que cierto día de 1651, el cacique de los indios Coromoto de las Tribus de los Cospes, junto a su mujer se dirigía a una parte de la montaña donde tenía un sembradío.
Al pasar por una quebrada se le apareció la imagen de una hermosa señora con un niño en sus brazos. Le dice que se vaya de donde estaban los blancos para recibir el agua sobre la cabeza y así poder ir al cielo.
El indio quedó convencido por lo que le dijo la hermosa señora. Se dispuso a hacer lo que le pidió, junto al resto de la tribu.
En cierto punto de la montaña, el cacique coincidió con un español muy bueno llamado Juan Sánchez, quien iba para El Tocuyo, y le contó lo ocurrido.
El hombre le pidió que lo esperara, pues en ocho días regresaría de su viaje. Cumplido el tiempo, recogió a su tribu y junto con Sánchez se fueron para una zona comprendida entre Tucupido y Guanaguanare, la cual denominaron Coromoto.
El español se dirigió a la Villa del Espíritu Santo y dio aviso a las autoridades, quienes dispusieron que se quedaran en Coromoto y nombraron a Sánchez como su encomendero, para que les enseñara a labrar las tierras y le religión cristiana.
El cambio de opinión del cacique Coromoto
Juan Sánchez cumplió con su labor y poco a poco los indios se fueron bautizando. Al principio el cacique asistía a los instrucciones, pero tiempo después se negó a aprender la doctrina cristiana y a ser bautizado.
El 8 de septiembre de 1652, Juan Sánchez llamó a todos los indios para que asistieran a los actos religiosos que había preparado, pero el cacique se negó a hacerlo.
Se quedó en su bohío junto a su mujer, su cuñada y un hijo de esta última. De repente todos pudieron ver de nuevo la imagen de la hermosa señora. El cacique se molestó por la aparición y le dijo a la virgen que no lo siguiera, pues por ella había dejado su tierra y ahora estaba pasando trabajo.
Las mujeres le recriminaron su actitud irrespetuosa hacia la amable señora, pero él sin importarle toma un arco y una flecha para agredir a la imagen. La aparición seguía en la entrada del bohío y la señora siempre con una amable sonrisa.
El cacique Coromoto soltó el arco y la flecha e intentó agarrarla con las manos, pero en ese momento la virgen desapareció y en una de sus manos quedó una estampa de la imagen.
El niño que había presenciado lo ocurrido se lo comunicó a Juan Sánchez, quien tomó la reliquia y se la llevó al padre del pueblo, don Diego Lozano y le contó lo sucedido. El sacerdote no le creyó, por lo que el español se la llevó para su casa y la puso en un altar.
La vuelta a la tierra y la picadura de la serpiente
Ese mismo día el cacique reunió a su tribu y convenció a los indios de retornar a su antiguo espacio. Sin embargo cuando iban en el camino fue mordido por una serpiente venenosa. Ya moribundo pensó en la señora que se le había aparecido y le dijo que sí se iba a bautizar y a regresar donde estaban los blancos.
Un mestizo que pasaba por la zona lo bautizó y ya estando más tranquilo, le dijo a su tribu que debía regresar con los blancos y así lo hizo.
Pasados los meses la historia de la aparición de la Virgen se fue difundiendo y en febrero de 1654, el padre Lozano, quien no había creído lo que le contó Sánchez, sacó la estampa en procesión, desde la casa del español hasta la iglesia de Guanare.
En 1942 el Episcopado Venezolano decretó y proclamó a Nuestra Señora de Coromoto, patrona oficial de Venezuela.
El Papa en Guanaere
Una gran alegría representó para los venezolanos, la visita del papa Juan Pablo II a la población de Guanare, para inaugurar el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Coromoto, construido en el lugar donde apareció por segunda vez. Ocurrió en febrero de 1996.
Su santidad en esa oportunidad, dejó una oración motivada en la Virgen, para los venezolanos.
Oración a la Virgen de Coromoto
Virgen y Madre nuestra de Coromoto, que siempre has preservado la fe del pueblo venezolano. En tus manos pongo sus alegrías y esperanzas, las tristezas y sufrimientos de todos tus hijos.
Implora sobre los obispos y presbíteros los dones del espíritu, para que, fieles a sus promesas sacerdotales, sean infatigables mensajeros de la Buena Nueva, especialmente entre los más pobres y necesitados.
Infunde en los religiosos y religiosas el ejemplo de tu entrega total a Dios, para que en el servicio abnegado a los hermanos los acompañe en sus trabajos y necesidades.
Madre de la Iglesia, alienta a los fieles laicos, comprometidos con la Nueva Evangelización, para que, con la promoción humana y la evangelización de la cultura, sean auténticos apóstoles en el tercer milenio.
Protege a todas las familias venezolanas, para que sean verdaderas Iglesias domésticas, donde se custodie el tesoro de la fe y de la vida, donde se enseñe y se practique siempre la caridad fraterna.
Ayuda a los católicos a ser sal y luz para los demás, como auténticos testigos de Cristo, presencia salvadora del Señor, fuente de paz, de alegría, de esperanza. Reina y Madre Santa de Coromoto, ilumina a quienes rigen los destinos de Venezuela, para que trabajen por el progreso de todos, salvaguardando los valores morales y sociales cristianos.
Ayuda a todos y cada uno de tus hijos e hijas, para que, con Cristo Nuestro Señor y Hermano, caminen juntos hacia el Padre, en la unidad del Espíritu Santo.
Amén.