Virginia López de Servando tiene 86 años de edad. Ella camina de la mano de su esposo Alfredo Servando hacia un supermercado para adquirir con la pensión algunos alimentos básicos. No es mucho, apenas le alcanza para comprar una harina pan, café y arroz o a veces una bandeja pequeña de carne. Cuando se acaba el dinero, viven de la generosidad del prójimo.
Ambos son profesionales, Virginia es licenciada en psicología y Alfredo arquitecto. Los dos trabajaron por aproximadamente 30 años antes de retirarse. Cervantes contó que tenía un buen sueldo, que le permitió comprar casa y hasta un carro, el cual tuvieron que vender para poder comer.
Como muchos otros pensionados, jubilados y adultos mayores, luego que gastan el monto otorgado por el IVSS sobreviven gracias a la generosidad de sus familiares, amigos y hasta vecinos. Virginia narró que hace algunos días una vecina le obsequio una bolsa con comida y recientemente otra le regalo dólares.
Este martes 21 de septiembre el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) depositó el monto de las pensiones correspondientes a octubre de 2022, 130 bolívares que al cambio oficial del Banco Central de Venezuela (BCV) equivalen a 16,06 dólares.
En un recorrido por varios bancos de Valencia, El Carabobeño pudo recolectar testimonios de los pensionados que se acercaron a los distintos puntos para retirar el pago en efectivo.
Todas las historias son diferentes, pero el común denominador es la inconformidad con el monto otorgado, que desde marzo hasta septiembre se ha devaluado y cada vez alcanza para comprar menos productos.
Maura Caraballo, de 88 años de edad, agradeció que vive con su hijo, quien se encarga de comprar casi todos los alimentos y correr con los gastos de la casa, mientras ella con su pensión puede ayudar adquiriendo una que otra proteína.
Otros pensionados como Angélica Mujica, Isidro Rivero y José Sucre esperan en una fila para poder cobrar el monto en efectivo, pues algunos no tienen tarjeta y otros lo necesitan para pagar pasaje, servicios y condominios.
A Mujica los 130 bolívares solo le alcanzan para movilizarse por 15 días, ya que gasta 8 bolívares en transporte público cada vez que sale.
Los precios en los anaqueles para muchos son excesivos. La harina pan de 1 kilogramo cuesta entre 1,50 y 2 dólares, el arroz de 1,29 a 1,68 dólares, el café de 200 gramos 2,85 a 3,75 dólares y el azúcar de 1,29 a 2 dólares. La pensión alcanza para comprar algunos productos, sin contar con cualquier tipo de proteína que rondan los 7,89 y 8,19 dólares.
Según el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), el valor de la canasta alimentaria en agosto de 2022 alcanzó los 371 dólares, un aumento de 21,66% respecto al año anterior. El análisis del OVF también arrojó que el salario mínimo estipulado apenas cubre el 4,3% del valor total de la canasta.
Protestas continúan
Después de meses en las calles, los jubilados y pensionados continúan reclamando al gobierno que cumpla con lo estipulado en el artículo 91 de la Constitución, que señala que todo trabajador tiene derecho a recibir un salario que le permita vivir con dignidad, y cubrir las necesidades básicas de su familia.
Este jueves 22 de septiembre, pensionados y jubilados de distintas organizaciones e instituciones del estado Carabobo saldrán a protestar pacíficamente para que el gobierno les asigne mensualidades acordes con el precio de la canasta alimentaria.
Los organizadores de la protesta están convocando a todos quienes puedan apoyarlos para las 9:00 am, frente al rectorado de la Universidad de Carabobo. Luego harán un recorrido hasta llegar a la Inspectoría del Trabajo, “César Pipo Arteaga”, donde entregaran un documento con las peticiones.
Alba Montero, del Comité de Defensa de los Derechos Humanos de los Pensionados y Jubilados, hizo la invitación a la actividad, acompañada por José Rivero, miembro de la Coordinadora de Pensionados, y representantes de los jubilados de la alcaldía de Valencia; de la gobernación del estado; de Pdvsa, de la UC, de los policías, y de la Federación de Jubilados y Pensionados de Venezuela.
