Luis Alejandro Borrero | @LABC7

lborrero@el-carabobeno.com

No desaparecieron las colas. No se solucionó la crisis de medicamentos en la Ciudad Hospitalaria Dr. Enrique Tejera. El agua que envía Hidrocentro no se esclareció mágicamente ni dejó de tener mal olor. Las empresas no dejaron de cerrar en Valencia. No se solventó la crisis de basura ni se saneó el vertedero de La Guásima. En los 192 días que El Carabobeño dejó de circular, los problemas de la gente no solo continuaron, sino que muchas veces empeoraron. La verdad no se pudo tapar. Y ahora tiene que volver a imprimirse.

Hubo un silencio de unos tres segundos. Luego empezaron los aplausos. Se hicieron fuertes y rítmicos. En el auditorio de la Universidad Arturo Michelena, Carolina González anunció la vuelta de la edición impresa de El Carabobeño. Esta vez como un semanario. El esfuerzo titánico de la directiva por conseguir papel, dio resultados. No será una dotación regularizada ni la hará el Gobierno. La jefa de redacción dejó claro que a través de un tercero se lograron las bobinas.  

Es emblema de resistencia. Reinvención para sobrevivir. “Lo que está viviendo El Carabobeño es una metamorfosis obligada, pero lo han llevado bien”, analizó el director de Medianálisis Andrés Cañizales. El profesor de la Universidad Católica Andrés Bello e investigador del impacto de medios analizó el desenvolvimiento del periódico, llevado a página web, y traído ahora de vuelta en físico, del Diario del Centro. Lo hizo durante las jornadas de comunicación de la UAM. “La verdad impresa”, será el eslogan de la nueva apuesta editorial.

Hará énfasis en los trabajos de investigación regional. En esta primera entrega se ofrece un panorama de la escolaridad y la migración de niños de planteles privados a públicos por la inflación en Carabobo, dijo González. También habrá un trabajo sobre las mafias de la reventa de insumos en el hospital central. La opinión de los articulistas de siempre y colaboradores será otro de los fuertes del semanario.

El Carabobeño se ha distinguido por tener agenda propia. En el centro del país es el medio que maneja mejor el lenguaje. Incluso por encima de todos los periódicos de la capital, reseña el informe de la asociación civil. Para Cañizales son puntos a favor que podrían servir como base para los nuevos proyectos.

Y la prueba de fuego serán las próximas semanas. Es considerada como una de las últimas apuestas de la dirección en materia editorial para sobrepasar la crisis impuesta por el Gobierno. Desde el 17 de marzo se había suspendido la edición diaria por la negación discrecional del Complejo Editorial Alfredo Maneiro de vender papel prensa, un organismo creado por el Gobierno para monopolizar el acceso a los insumos.

Los número están ayudando. Las métricas, hechas públicas por Medianálisis en Agosto, revelan que El Carabobeño ocupa la séptima posición en el ranking de medios tradicionales en la web. Está por encima de la competencia en la región. En el global, que incluye a los nativos digitales y a los periódicos, ocupa el puesto 16 del ranking de 25. También allí por encima de la competencia.




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