Dayrí Blanco | @DayriBlanco07

No hay un día que no se sume una línea de producción a la larga lista de paralización en el país. No hay materia prima, las empresas siguen cerrando, los anaqueles cada vez están más vacíos, las colas más largas y los consumidores llegan a casa con menos bolsas. Se trata de una situación de deterioro que pudo evitarse. Pero con los actores equivocados ejecutando las políticas económicas el resultado ha sido el contrario.

Hace falta un cambio de ministros, que tengan una filosofía distinta, que entiendan que solo con libre mercado y desmontaje de controles se saldrá adelante”, alertó el presidente de Conindustria, Juan Pablo Olalquiaga, para quien el vicepresidente para el Área Económica, Miguel Pérez Abad, no ha cumplido con las expectativas simplemente porque es un empresario que conoce del manejo de flujo de cajas y de permisos básicos pero no de conceptos macroeconómicos elementales.

Limitado. Así calificó el representante gremial la gestión del también ministro de Industria y Comercio. “Sus decisiones no se han correspondido con las soluciones grandes que el país necesita porque él no sabe de la economía en su conjunto, del daño que se hace con la emisión de dinero inorgánico, inflación, y que es con competencia que los precios se regulan”.

En el país existen personas con gran experticia que pueden asumir las riendas de las políticas económicas, pero no han sido tomados en cuenta por el Gobierno. Alertó que el desequilibrio actual es tan grande que, aunque más empresas pueden cerrar, hay medidas que se han podido implementar para no tocar fondo. Pero no se hizo.

Olalquiaga, quien visitó la ciudad de Valencia para reunirse con los agremiados de la Cámara de Industriales de Carabobo, dijo que los problemas del sector siguen siendo los mismos al cierre del quinto mes del año, con la variable que implica que la opinión pública ya entendió que sin empresas privadas no hay progreso y la presión se dará para que los cambios lleguen.

En la región el 75 % de las líneas de producción están paralizadas. Todos los sectores están afectados transversalmente por la caída en el suministro de materia prima nacional e importada. “Algunos sienten la crisis con más fuerza al tener meses sin encender las máquinas, como el caso de la industria automotriz, pero hay otros como las de alimentos que están al 100% por algunas semanas mientras tienen insumos y vuelven a parar”, dijo.

Las propuestas de Conindustria para acabar con las limitaciones de la actividad manufacturera se mantienen: la titularización de las deudas para su cancelación, legalización del mercado paralelo, desmontaje de control de cambios con subsidio directo, devolución de empresas expropiadas a sus dueños, y la reforma de la Ley de Ciencia y Tecnología.




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