Los disturbios surgieron tras la muerte el 9 de agosto. (Foto AP)

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La pequeña localidad de Ferguson, en el estado de Missouri, volvió a ser escenario de disturbios en la noche del domingo entre manifestantes y agentes, en medio de las protestas por la muerte del joven Michael Brown a manos de la policía.

A causa de las tensiones el gobernador del estado, Jay Nixon, ordenó este lunes a la Guardia Nacional que se despliegue en el suburbio de las afueras de St. Louis.

Algunos manifestantes dispararon y lanzaron cócteles molotov contra los agentes antes del inicio del toque de queda nocturno que rige en la ciudad, señaló el portavoz policial Ron Johnson esta mañana en la CNN. También hubo saqueos. La policía usó gas lacrimógeno para disolver la manifestación.

“Numerosos individuos organizados y en aumento, muchos de fuera de la comunidad y el estado” se están organizando para perpetrar “actos criminales violentos” que ponen en peligro a los residentes y empresarios de Ferguson, argumentó Nixon.

El gobernador condenó los ataques, que según dijo incluyeron el intento coordinado de bloquear carreteras. Su decisión de llamar a los soldados que sirven como reservistas del Ejército busca restaurar la paz y el orden en vista “de estos ataques deliberados, coordinados y crecientemente violentos contra la vida y la propiedad”.

Los disturbios surgieron tras la muerte el 9 de agosto del joven negro Michael Brown, de 18 años, a quien le disparó Darren Wilson, un policía blanco con seis años de experiencia. Desde entonces ha habido en Ferguson protestas violentas casi a diario.

La policía señaló que paró al joven y se produjo una refriega, pero testigos contradicen esta versión y dicen que Brown iba desarmado y con las manos en alto en señal de rendición.

Nixon había impuesto antes el estado de emergencia en Ferguson, ubicada en el noroeste de St. Louis, después de que se vieran afectados los servicios básicos por las protestas.

La familia del joven pidió una autopsia independiente después de que las autoridades locales examinaran el cuerpo sin que los resultados se hayan revelado hasta el momento.

El segundo análisis fue realizado el domingo por Michael Baden, ex jefe de forenses de la ciudad de Nueva York. El experto señaló al “New York Times” que una de las balas impactó en la parte superior del cráneo, lo que en su opinión sugiere que la cabeza del joven estaba inclinada hacia adelante cuando lo alcanzó el proyectil, que causó una herida mortal. En total recibió seis disparos, dos en la cabeza y cuatro en el brazo derecho. Todos se hicieron de frente.

Ante las complejas circunstancias, el fiscal general del país, Erica Holden, anunció en Washington que ordenará también una autopsia, que sería la tercera.

La tensión aumentó en Ferguson por el despliegue de la policía local con trajes antidisturbios y vehículos blindados. Cuando a finales de la semana pasada los agentes fueron retirados y sustituidos por la policía estatal, la situación se había calmado durante unas horas. Pero tras nuevos disturbios Nixon impuso el toque de queda entre medianoche y las 05:00 de la mañana.

También generaron revuelo las imágenes divulgadas el viernes por la policía sobre un robo en el que presuntamente habría participado Brown antes del mortal tiroteo. Más tarde se aclaró sin embargo que el policía no sabía nada de este incidente cuando le disparó. El cuerpo de seguridad se negó además durante días a dar el nombre del agente implicado.




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