La basura se acumula desde hace un me. Foto cortesía

Abarrotada de basura y con las aguas negras desbordadas, así está la urbanización Lomas de Funval, al sur de Valencia. Carlos Hernández, uno de sus habitantes, denunció que ha pasado más de un mes desde la última vez que la alcaldía les cumplió con el servicio de aseo urbano.

El desespero de quienes allí viven aumenta al mismo nivel en que se intensifica el olor putrefacto que emana de los desechos sólidos acumulados. Aunque todavía no se han reportado enfermos producto de esta situación, temen que en cualquier momento eso pueda ocurrir, ya que la contaminación se ha instalado en la comunidad como un vecino más.

Hernández detalló que las fallas en la recolección de basura iniciaron hace tres meses aproximadamente. Primero fue semanal, luego quincenal, hasta que llegó a pasar más de 30 días sin que se acercara un camión del Instituto Municipal de Ambiente (IMA). «Esto no es nuevo. Si la gestión anterior no lo hacía, esta mucho menos».

Doce kilómetros separan a Lomas de Funval de la Guásima, pero tienen algo en común: los dos estacionamientos de la manzana cinco, una de las más afectadas, están convertidos en vertederos a cielo abierto, a los que también acuden habitantes de las barriadas cercanas a dejar desechos de todo tipo, incluyendo animales muertos.

A pesar de que el 21 de diciembre de 2017 el alcalde Alejandro Marvez anunció el comienzo del plan «Valencia Te Quiero», que incluía 42 camiones recolectores y 129 cuadrillas de limpieza, las moscas provenientes de la basura continúan invadiendo los hogares en esta urbanización.

Más contaminación

No solo hay fallas con el aseo urbano. En la vereda principal de la manzana ocho hay una fuga de aguas negras desde hace más de tres meses que afecta a los vecinos y a los niños que estudian en el Centro de Educación Preescolar Venezuela, ubicado en la zona. El paso peatonal está prácticamente restringido.

Los vecinos temen enfermedades producto del desbordamiento de aguas negras. Foto cortesía

Hidrocentro no les da respuesta, pese a que en reiteradas ocasiones la comunidad ha hecho la denuncia. Cada día que pasa los botes se multiplican y el peligro que representa la contaminación acecha a todo este sector de la parroquia Miguel Peña.

Los botes de aguas negras se multiplican. Foto cortesía



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