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Así lucía la orilla de la playa adyacente a la refinería para el 27 de noviembre. (Foto cortesía: Gabriel Cabrera)

Los azules de las costas de Carabobo y Falcón ya no son los mismos. Están manchados por restos de hidrocarburo que hasta la fecha Pdvsa sigue sin contener. Entre julio y noviembre de este año la Refinería El Palito (REP), en Puerto Cabello, ha sido la causante de al menos cinco derrames petroleros que en algunos casos han llegado hasta el Golfo Triste y el Parque Nacional Morrocoy.

Así lo evidencian las imágenes satelitales y de radar que mes a mes ha compartido con rigurosidad el biólogo Eduardo Klein, director del Laboratorio de Sensores Remotos de la Universidad Simón Bolívar (USB). Según sus datos, el quinto derrame del complejo de refinación carabobeño se produjo el domingo 29 de noviembre, cuando se observó una mancha continua de unos 18 kilómetros de largo que se extiende en dirección noreste.

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Manchas de hidrocarburo frente a la refinería el 30 de noviembre. (Foto satelital cortesía: Laboratorio de Sensores Remotos de la USB)

Otro grupo de fotografías satelitales correspondientes a este lunes 30 de noviembre muestran varias manchas de hidrocarburo justo frente a la refinería. También se puede ver la pluma de 18 kilómetros de longitud todavía cercana a la instalación petrolera. “¿Es que acaso queda alguna duda de que El Palito es el que está derramando hidrocarburo al mar?”, señaló el profesor universitario.

Klein detalló que el hidrocarburo sale de las lagunas de separación de la REP, a través de un canal de descarga hacia el mar. Cada vez que llueve o que se vierten productos derivados del proceso de producción de combustible en la laguna, los desechos se desbordan sin tratamiento ni control. Ya cuando las manchas están en el agua, la caldereta (viento de tierra) las saca mar afuera y luego los vientos del este las llevan hacia Tucacas y Morrocoy.

La flecha azul señala la laguna y la roja el canal que va hacia el mar. (Foto satelital cortesía: Laboratorio de Sensores Remotos de la USB)

La refinería carabobeña está totalmente fuera de control, consideró. Además de esta fuga reciente, también han ocurrido otras cuatro: el 21 de julio, el 8 de agosto, el 13 de octubre y el 16 de noviembre, pero Pdvsa no se ha pronunciado en ninguno de los casos. “Son incapaces de contener el derrame, sea por accidente o por lluvia, y siguen contaminando seriamente el Golfo Triste, sus playas y el Parque Nacional Morrocoy”.

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El diputado Luis Stefanelli, miembro de la Comisión de Energía y Petróleo de la Asamblea Nacional (AN), concuerda con Klein sobre el origen de los derrames que afectan a Carabobo y Falcón: la laguna de oxidación de la REP que, al no tener capacidad de reciclar la gran cantidad de desechos, se desborda hacia el mar.

En entrevista con El Carabobeño, el parlamentario explicó que actualmente la unidad de fraccionamiento de craqueo catalítico de El Palito está en “muy malas condiciones” y operarla, como lo está haciendo Pdvsa para producir gasolina, tiene un costo ambiental muy alto. “La planta no funciona a cabalidad y produce muchos más desechos de los que debería. Estos residuos adicionales van a la laguna sin un proceso de reciclaje adecuado”.

Stefanelli, quien representa a Falcón ante la AN, alertó que el daño ambiental causado por la estatal petrolera no solo se evidencia en el Parque Nacional Morrocoy, el Golfo Triste y las playas carabobeñas, sino también en otras regiones del país, como Zulia, Monagas y Anzoátegui. A su juicio, Pdvsa se convirtió en una máquina de dañar el ambiente, mientras el Estado venezolano ignora los tratados ambientales internacionales a los que está suscrito.

La playa adyacente a la REP ha sido una de las más afectadas por los derrames. La pesca y el turismo están golpeados. (Foto cortesía: Gabriel Cabrera)

El declive y la decadencia de las refinerías del país comenzaron, según el diputado, luego de la tragedia de la Amuay, que junto a Cardón forma parte del Complejo de Refinación Paraguaná (CRP). “Descubrieron que era mejor negocio importar que producir los componentes de la gasolina y fueron abandonando este parque refinador. Pero Venezuela tenía capacidad de producir y hasta exportar sus propios productos”.

Hoy, de las 63 plantas que posee el CRP, no están operativas ni el 10%, aseguró Stefanelli. Y cuando alguna de las pocas que están operativas falla, se produce la contaminación que también ha sido alertada por Klein mediante imágenes satelitales. En las mismas condiciones se encuentra la Refinería El Palito: opera al mínimo de su capacidad instalada debido al deterioro acumulado y la falta de mantenimiento.

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“Pdvsa se ha convertido en una industria ineficiente, llena de impericia, negligencia y absoluta irresponsabilidad. Han venido destruyendo sistemáticamente la industria petrolera venezolana en 20 años”, sentenció el vocero de la Comisión de Energía y Petróleo del Parlamento.

 

 




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