La utilización de los espacios del Jardín Botánico de Naguanagua como un parque de uso intensivo, además del reciente daño a matas y arbustos con maquinaria motivó la denuncia ante la Asamblea Nacional, en Caracas, de los integrantes del Frente Ecológico Regional Aragua-Carabobo (FERAC), luego de conocerse un irregular movimiento de tierra en el centro de conservación de diversidad biológica hace algunos días.
Al respecto, el ambientalista José Manuel Pérez Hurtado conversó con El Carabobeño, y señaló que el grupo que asistió a la sede del Legislativo nacional pudo entrevistarse con los integrantes de la Comisión de Ecosocialismo, a los que elevaron sus inquietudes sobre lo sucedido en el municipio del área metropolitana de Valencia.
“Se les solicitó que nombraran una comisión, a los fines de que estudien los hechos que ocurrieron y que terminaron afectando buena parte del sotobosque (vegetación formada por matas y arbustos que crece bajo los árboles) del Jardín Botánico de Naguanagua, petición que tomaron en consideración y que discutirán los integrantes de la instancia la semana que viene”, explicó Pérez Hurtado.
Asamblea Nacional tiene conocimiento de la deforestación en el Jardín Botánico
Relató que durante la inspección que realizaron los expertos ecologistas en las áreas del espacio natural, el pasado 22 de abril, por cierto Día Mundial de la Madre Tierra, se pudo constatar el movimiento de tierra con eliminación de la capa vegetal, lo que calificaron como deforestación de capa baja y mediana.
“Si bien no hubo daños en los árboles, sí hubo una eliminación o remoción de la capa vegetal, de herbáceas importantes por su enorme concentración de diversidad biológica”, dijo.
Enfatizó en que no se reportaron afectaciones en los cerca de 220 árboles del jardín botánico, pero que el deterioro resultó contundente a nivel de arbustos y matas, a los pies de aquéllos, mediante el uso de maquinaria.
La fauna también resultó afectada
Aseguró que la deforestación señalada repercutió en la fauna del lugar: “Los perros callejeros han hecho de las suyas dando caza a los picures (roedores autóctonos) e iguanas que ya no cuentan con lugares para alimentarse y resguardarse de los depredadores. También se vio afectada la avifauna del Jardín Botánico. Por lo tanto, la población de esas especies podría terminar disminuida en el corto plazo”, alertó el ambientalista.
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Llamó la atención de Pérez Hurtado que los problemas que alcanzaron a identificar el pasado 22 de abril surgieron de una somera inspección ocular, es decir, estaban a simple vista. “Es probable que un análisis más exhaustivo, de tipo científico-técnico, permita hallar muchos más incidentes”, dijo.
El ecologista y su grupo regional, que abarca unas 18 organizaciones, incluido el Centro de Ecología de la Universidad de Carabobo, esperan poder finalizar un informe detallado y consignarlo a la Asamblea Nacional, y otros entes, como la Fiscalía General de la República y la Defensoría del Pueblo.
También realizarán actividades de concienciación en los próximos días.
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