El portugués llegó a cuatro tantos en la Champions. Foto EFE.

El Barcelona no pudo garantizarse la primera plaza de su grupo y cayó goleado ante la Juventus (0-3), en su primera derrota europea en el Camp Nou desde 2013 y en un partido en el que encajó dos goles de penalti por primera vez en Europa, ambos transformados por Cristiano Ronaldo.

De esta manera, los azulgranas acabaron de la peor manera una racha que duraba desde 2013 y que se había prolongado durante 38 partidos, con 34 victorias y 4 empates.

El Barça tardó media hora en comparecer en el partido y lo pagó caro. En un encuentro de duelos, el clásico de Messi y Cristiano Ronaldo; de excompañeros (De Jong y de Ligt) y de jugadores con camisetas intercambiadas en verano (Pjanic-Arthur); los azulgranas siguen caminando por el alambre, ahora también en Europa.

El Barcelona se desangró. Sin alma, sin ideas y sin un plan, el equipo de Ronald Koeman parecía tener aún la cabeza en Cádiz y le daba igual el cambio de escenario.

Puso Koeman a Araujo por Mingueza, a Pjanic por Busquets, dejó fuera a Coutinho y a Braithwaite y le dio galones a los jóvenes Pedri y Trincao. Pero nada cambió, Griezmann volvió a su versión gris y la Juventus tuvo claro que el escenario era el ideal para sacar algo positivo.

Y además, las circunstancias no ayudaron a los barcelonistas, después de dos tímidos avisos (Cristiano y Danilo), una jugada entre Araujo y Cristiano dentro del área acabó en penalti, ante el estupor del uruguayo y la incredulidad de todos sus compañeros.

Araujo pugnó con el portugués y éste cayó después de una carga que pareció legal. Cristiano anotó desde el punto de penalti y adelantó a su equipo (0-1).

Sin tiempo para reaccionar, la «Juve» se sintió cada vez más cómoda, cada vez con un fútbol más fluido ante un temeroso Barça. Después de una jugada coral, Weston McKennie remató solo ante Ter Stegen para marcar el segundo. Solo habían pasado 20 minutos.

El 0-2 sirvió para que los de Koeman espabilaran. Tuvieron más el balón y llegaron más a la meta de Buffon, sobre todo porque Messi decidió tirar de orgullo y tomar las riendas de la situación. El argentino lideró y fue el que tuvo las mejores ocasiones para los suyos, primero después de un remate que salvó el meta y luego, en una acción que le sirvió Alba.

Reaccionaron los de Koeman, porque peor no podían estar. El control era del Barça, pero a los piamonteses les iba bien la situación, ya que tenían más opciones y mucho campo por delante para Morata y Cristiano.

Prácticamente en la última jugada del primer tiempo, Messi remató en una jugada en la que Ramsey derribó al argentino y que mereció una revisión del VAR, pero que acabó en nada. Se fue Koeman al vestuario cariacontecido, sin saber muy bien qué hacer.

No aprendió el Barça de sus errores y salió al segundo tiempo de nuevo destensado. Protagonizó Messi un tímido intento, pero otro penalti transformado por Cristiano Ronaldo supuso el 0-3 y el principio del fin, porque este resultado le daba la primera plaza del grupo a los juventinos.

Pero el Barça, poco acostumbrado a ello, tiró de casta. Necesitaba dos goles y quedaba mucho tiempo y lo intentó, en parte porque el equipo de Pirlo le invitó a ello.

Ni con Braithwaite ni con Riqui Puig, nada cambió, pese a los intentos de La Pulga. Incluso, los italianos pudieron aumentar su ventaja. Al final, los barcelonistas serán segundos y necesitan recuperarse, porque se ha demostrado que Europa ya no es su refugio, después de haber ganado los cinco primeros partidos.




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