Antes de hablar a la prensa, Cindy Aguilar dió varias vueltas sobre la entrada de su casa, tomó dos bocanadas de aire, como para organizar sus ideas y salió a la calle ahuecada y de olores fétidos del barrio Atlas, al Sur de Valencia, para exigir, por el bien de sus hijos, que atiendan el grave problema de aguas negras de su comunidad.

Aguilar es madre de dos niñas y tiene 7 meses de embarazo. Su hermana Michelle tiene 6 meses de gestación y ambas, además de las vicisitudes del embarazo, comparten el riesgo de contaminación, a causa de un bote de aguas negras justo en la entrada de su casa. «Vivimos enfermos todo el tiempo por estos olores».
Un callejón estrecho, deteriorado por los huecos y las alcantarillas, demarcadas con palos y trapos viejos, divide el Barrio Atlas del área de emergencia de la Ciudad Hospitalaria Enrique Tejera (CHET). Por eso, además de la tensión latente del hospital, se suma el drama de los vecinos, que denuncian que las autoridades hacen caso omiso a sus reclamos.
Alcantarillas representan riesgo en temporada de lluvia
Así lo indica Jesús Montoya, quién señalando una alcantarilla totalmente destapada, se quejó de que han sido olvidados en el Barrio Atlas, porque nunca han venido cuadrillas a hacer limpieza a este sector. «Hemos denunciado en radio y hasta la semana pasada fui a Hidrocentro. Quedaron en venir a hacer una inspección. Pero estamos esperando».
La calle paralela del Hospital Central pertenece al Barrio Atlas; célebre por sus laboratorios populares y pequeñas tiendas de ventas de insumos médicos. La entrada del callejón está obstruida por un vehículo desvalijado, que da la bienvenida a los familiares que corren a hacer exámenes de emergencia a precios solidarios y casi inmediatamente está un alcantarillado destapado, que en la tarde del 23 de agosto mantuvo a vecinos en alerta, debido a las corrientes de agua que por allí se desbordan, durante el aguacero.
«Al gobernador se le ha enviado vídeos de cómo se colapsa esto cuando llueve. Enviamos cartas a Hidrocentro. Se han hecho llamados y no sé reciben respuesta de nada», relató, por su parte, Michelle Aguilar.

Vecinos piden apoyo recíproco

José Manuel Sánchez, vecino de la comunidad, no dejó pasar la oportunidad para pedir al Gobierno local que corresponda el apoyo de la comunidad. «Nosotros como pueblo estamos con ustedes, pero ¿Quién está con nosotros?».
Sánchez explicó que las aguas servidas no son el único problema del Barrio Atlas. También sufren penurias para cocinar, pues el gas doméstico no llega sino cada 5 meses. Tampoco reciben las populares bolsas del Clap. «Hacemos un llamado para que nos ayuden a resolver el problema del gas. Necesitamos que nos de respuestas».
En los últimos días, carabobeños han denunciado varios cortes de luz al día, que en algunos casos exceden las 5 horas. Pero en el caso del Barrio Atlas los cortes sonconstantes y de mayor intensidad. «Los transformadores que están arriba en el Hospital, son dos. Uno está quemado. Eso lo instalaron en la fundación del barrio y ha pasado mucho tiempo. La electricidad es tan baja que los corotos se nos dañan. Se queman neveras, lavadoras y nadie se ha personado a la comunidad a resolver», dijo Marleny Salcedo.



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