El caos reinó este lunes afuera del Big Low Center de Valencia. Las autoridades del terminal de pasajeros no aceptaron el aumento que pretendían cobrar los transportistas, pues no estaba autorizado. Pero los choferes no se dejaron intimidar y cargaron viajeros en la calle.
El terminal improvisado provocó gran congestión vehicular en la zona. Los autobuses dejaban a los pasajeros en la avenida Don Julio Centeno de San Diego. Mientras algunos usuarios hacían colas en los alrededores del Big Low, para subir a busetas que los llevaran a sus lugares de destino.
Nilda López que esperaba la ruta a Caracas, expresó que un incremento de 100% le parecía exagerado. Dijo que comprende los altos precios en los repuestos, pero cree que el aumento está por encima de lo que dicen que necesitan los transportistas.
A la señora López no le quedó otra opción que, aceptar el nuevo precio porque le urgía visitar a un familiar en la capital del país.
Marcos Gutiérrez estaba en la cola para abordar un autobús rumbo a San Felipe en Yaracuy, donde pasa todas sus navidades en familia, y comentó que el problema no es de los conductores, sino del gobierno que no aplica medidas efectivas.
Sostuvo que los transportistas aumentan porque no pueden mantener los autobuses y las personas cada día tienen menos dinero.
Anteriormente un pasaje a San Felipe costaba 800 bolívares y ahora está en 1300 bolívares. Hacia Caracas estaba en 100, pero ahora cuesta 2 mil. En Puerto Cabello y Morón se valoraba en 300 bolívares y con el aumento quedó en 800, según Joel Marqués, trabajador del gremio.
Seguirán en la calle
El presidente del Sindicato Único de Transporte, Adolfo Alfonzo, indicó que los transportistas seguirán trabajando afuera del terminal hasta que las autoridades acepten el aumento del pasaje.
Nelson Gudiño de la ruta Valencia-San Felipe, comentó que el aumento se debe al alto costo de la vida. Detalló que los cauchos encava 6/10 que son los que necesita para su unidad cuestan 600 mil bolívares, el cambio de aceite está en 50 mil y los filtros 35 mil bolívares.
Gudiño aseguró que «al precio que trasladábamos a las personas, no nos daba abasto para comprar los repuestos ni satisfacer las necesidades básicas como la alimentación». Expresó que el aumento es necesario para seguir trabajando.