Foto: Armando Díaz.

La avenida Lisandro Alvarado se ha vuelto un emblema de suciedad en el estado Carabobo. La basura se amontona en las islas a toda hora ante la ausencia casi permanente de los camiones para recoger desechos.

Cerca de la estación de servicio de esa avenida hay un local de reparaciones de bombas de agua. Elwin Luciani es el dueño y lleva 15 años en la zona y para él no son una novedad los cerros de desperdicios que adornan la avenida en la que se erige la Ciudad Hospitalaria Dr. Enrique Tejera (CHET).

Es la gente la principal culpable del estado de suciedad. En esa zona hay varios barrios y los habitantes bajan hasta la avenida y lanzan las bolsas, pero los dueños de locales también utilizan la zona como vertedero, mientras los camiones de basura pasan una vez a la semana sin hora fija porque les da miedo adentrarse en las zonas residenciales, ya que les parece peligroso.

La vía luce más limpia que otras semanas «Al menos ya no dejan tantos perros muertos como antes» expresa con voz esperanzada Luciani, mientras una de sus empleadas dice a manera de broma: «Es que con el hambre que hay debe ser que se los comen».

Son las 12:30 p.m. y muchos locales cierran sus santamarías para ir a almorzar. En ese momento una señora de la tercera edad cruza la avenida, viste una falda marrón larga y lleva una bolsa plástica llena de basura, la cual echa en la montaña de desechos. Continúa su trayecto con calma y cuando se le preguntó ¿qué opina de la suciedad? la mujer respondió «Es un mal que nosotros mismos hemos provocado».

La mujer apuntó a los recolectores porque tiene más de dos semanas sin verlos «No puedo dejar toda esa cochinada en mi casa»

Las moscas revolotean a más de 10 metros. Con el insoportable olor deben lidiar todos los que transitan el lugar. Desde que tiene uso de razón, la mujer siempre ha visto la avenida sucia.




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