China, con sus clavadistas, y Rusia, con la sincronizada, serán de nuevo los rivales a batir en la primera parte del Mundial de natación (14-30 de julio), que se abre el viernes en Budapest, antes de la batalla entre las estrellas de las piscinas.

En los clavados, los chinos son los grandes dominadores, en todas las alturas (1, 3, 10 metros): hace dos años en el Mundial de Kazán (Rusia) se llevaron diez de los trece títulos mundiales en juego, en un total de quince medallas. Otro dato revelador: de las 33 medallas de oro distribuidas en clavados en las tres últimas ediciones del Mundial, apenas cuatro se le escaparon al gigante asiático.

Entre los clavadistas que más interés mediático suscita y que podría tener algo que decir está el británico Tom Daley (23 años), campeón de Europa desde 10 metros a los 13 años y luego campeón del mundo un año más tarde. Un nuevo podio le ayudaría a recuperarse de la decepción de los Juegos de Rio, donde no logró clasificarse para la final olímpica en 10 metros.

 

 

El dominio chino en trampolines y plataformas tiene su equivalente en Rusia para la natación sincronizada.

Frente a su público en el Mundial de 2015, Rusia sólo dejó escapar el oro en dúo mixto técnico, una prueba que debutaba en el programa del evento y que fue para Estados Unidos.

En las pruebas 100% femeninas, 29 de los 33 últimos títulos fueron para las rusas.

Por todo ellos, chinos y rusos esperan mantener su hegemonía aplastante en el Mundial de Budapest.

Las carreras en piscina tomaron el relevo después (del 23 al 30 de julio) en el «Danube Arena», el complejo acuático para 12.000 espectadores, construido en dos años después de que México, que debía organizar este Mundial en Guadalajara, renunciara a la sede.

VARIAS ESTRELLAS ENTRE LAS DAMAS

El legendario Michael Phelps (23 títulos olímpicos), ya retirado, dejará en principio el papel estrella a las mujeres.

Su compatriota estadounidense Katie Ledecky (20 años) pondrá en juego sus cinco títulos mundiales de 2015 (200, 400, 800, 1.500 y relevo 4×200 metros libre), pero la polivalente y omnipresente Katinka Hosszu (28 años), que nadará en casa, y la sueca Sarah Sjöström, muy en forma este año, serán otras candidatas al estrellato.

Por primera vez habrá una delegación de nadadores afganos en esta fiesta, anunció la Federación Internacional (FINA).

Además de con Hosszu, triple vigente campeona olímpica (200 estilos, 400 estilos y 100 espalda), los anfitriones húngaros confían en su equipo masculino de waterpolo. Nueve veces campeones olímpicos, aunque ausentes de los dos últimos podios olímpicos, los húngaros tratarán de reconquistar la corona mundial, después de un sexto puesto decepcionante en 2015.




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