Científicos de EE.UU. temen un rebrote de COVID-19 con la reanudación de actividades
/ Foto: Cortesía

Millones de trabajadores y propietarios de pequeñas empresas que no pueden recibir ingresos al estar resguardados en sus casas se enfrentan a la ruina económica. Así que, con el fin de atenuar el problema, decenas de estados en Estados Unidos están flexibilizando el confinamiento.

Reporta la versión en español de The New York Times que la mayoría ni siquiera ha cumplido con los requisitos mínimos para hacerlo de manera segura, y algunos están reactivándose a pesar de que siguen aumentando los casos de coronavirus, lo cual es una receta para el desastre.

Por ello, muchos científicos dicen que es posible que la temida “segunda ola” de contagios no espere hasta el otoño, sino que podría convertirse en una tormenta de pequeñas olas que azoten de manera impredecible a todo el país.

No obstante, la reanudación de actividades continuará. Según los científicos, ahora el tema es si el país puede reducir al mínimo el daño con la adopción inteligente de nuevas tácticas.

Las mascarillas podrían ser la respuesta ante el rebrote

Cada vez hay más indicios de que las mascarillas, si todos las usan en lugares públicos, son mucho más eficaces para detener la transmisión de lo que antes se decía. No obstante, fuera de Nueva York, California y algunos otros estados, muchos estadounidenses se rehúsan a llevarlas, y los gobernadores y alcaldes se han preguntado si deben ordenar que lo hagan. La disputa incluso ha provocado amenazas y un asesinato.

Según el grupo de defensoría Masks4All, hacer obligatorio el uso de mascarillas tiene muchas posibilidades de reducir la transmisión, según las nuevas evidencias no solo de Asia, donde el uso de mascarillas ha sido común desde hace mucho tiempo, sino de la República Checa, Alemania, Israel y otros países.

El error más grande cometido en Estados Unidos y en algunos países europeos que ha hecho que fracase su control de la epidemia “es que la gente no usa mascarillas”, sostuvo George F. Gao, el director del Centro de Control de Enfermedades de China, quien estudió en las universidades de Oxford y Harvard.

Exámenes inadecuados e imprecisos

Los exámenes siguen siendo totalmente inadecuados en todo el país, pero pruebas de uso casero como las de hisopado nasal y las de saliva pueden ofrecer una idea más clara de dónde se encuentra el virus.

Los estadounidenses hacen fila para obtener las pruebas de anticuerpos que podrían revelar quiénes tienen cierta inmunidad. Los estudios iniciales (pero aún controvertidos) indican que quizás haya más estadounidenses con anticuerpos de lo que se pensaba al principio.

Hay disponibles cincuenta marcas de pruebas de anticuerpos, pero muchas son imprecisas. Muchos estados se están apresurando a hacer que los empleadores y los comerciantes creen un ambiente seguro. Además, los cierres de emergencia se han entrelazado con la política partidista y algunos extremistas libertarios, defensores del derecho a portar armas y activistas antivacunas los califican como una violación a las libertades individuales.

Científicos de EE.UU. temen un rebrote de COVID-19 con la reanudación de actividades
Una buen sector de la sociedad estadounidense presiona para abolir el confinamiento / Foto: Cortesía

Los empleadores se están dedicando a diseñar lugares de trabajo más seguros. Se ha encontrado un tratamiento antiviral moderadamente eficaz y los laboratorios de todo el mundo están buscando una vacuna a una velocidad sin precedentes.

Pero, aunque todavía sea posible mitigar el impacto de la reanudación de actividades, incluso esa meta es difícil para el país.

Es cada vez más difícil mantener el confinamiento

Como el clima ya es más cálido, los estadounidenses están teniendo problemas para quedarse en casa o permanecer a una distancia de dos metros en las playas concurridas, las rutas de senderismo y los parques infantiles. Cada multitud puede incluir algunos portadores silenciosos del virus.

Científicos de EE.UU. temen un rebrote de COVID-19 con la reanudación de actividades
El aumento de las temperaturas está obligando a las personas a recurrir a las áreas verdes y espacios abiertos, apesar de los riesgos que ello significa / Foto: Cortesía

Los fallecimientos ya rebasaron por mucho los 60 mil previstos para agosto. Incluso el presidente Donald Trump ha comenzado a hablar de una cantidad que podría llegar a los 100 mil o tal vez más.

Algunos modelos epidemiológicos predicen el triple de eso en pocos meses, más cerca de los 240 mil que fueron pronosticados en marzo por el equipo de trabajo de la Casa Blanca que se encarga del coronavirus, antes de que empezaran a usar un modelo más optimista.

El doctor Anthony S. Fauci, el principal asesor médico del grupo de trabajo, ha dicho que espera que los casos aumenten en entornos cerrados como asilos de ancianos, prisiones y fábricas.

“No estamos reanudando las actividades con bases científicas”, señaló Thomas R. Frieden, quien fue director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) durante el gobierno de Barack Obama. “Estamos reiniciando por cuestiones políticas, ideológicas y por la presión de la población. Y no creo que esto termine bien”.

Todo irá bien, pero sólo al principio

Los efectos de la reactivación no se verán de inmediato y, a falta de pruebas generalizadas, será difícil saber cómo está el país en la lucha contra el virus.

Los recién contagiados tardan de dos a tres semanas en enfermarse de gravedad y requerir hospitalización. Una calma inicial puede alentar a más estadounidenses a bajar la guardia o a que más gobernadores flexibilicen las restricciones.

“Me preocupa que en esos estados donde se reanudarán las actividades muy pronto, la gente se quede en casa lo suficiente como para evitar una segunda ola inmediata. Otros estados podrían ver eso y sacar conclusiones equivocadas”, comentó Leana Wen, ex comisionada de salud de Baltimore.

Se ha comprobado la eficacia del distanciamiento social para frenar la transmisión del virus en los lugares donde se adoptó. Pero ahora, incluso los neoyorquinos, que estaban aterrados y que se encuentran en el epicentro del brote, ya se están cansando de esa medida.

Requisitos que no se cumplen

A falta de reglas claras a nivel nacional para la reanudación de actividades, los gobernadores están estableciendo las propias, y algunos permiten que haya contacto personal mucho más cercano que otros.

Por ejemplo, en diecinueve estados ya es o será posible pronto ir a cortarse el cabello o teñirse las raíces. Muchos estados están permitiendo que vuelvan a abrir los restaurantes con algunas restricciones.

En cambio, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, se ha negado a dar una fecha para relajar las restricciones en todo el estado, aunque se autorizará que tres regiones reinicien sus actividades el viernes. A pesar de que las hospitalizaciones y las muertes están disminuyendo constantemente, dijo, todavía están cayendo muy lentamente.

Florida, Tennessee y Texas están reanudando actividades mientras sus casos y fallecimientos están llegando a nuevos máximos lo que, según los expertos, significa que es imposible saber cuándo alcanzarán su punto máximo o cuán alto será.

Si eso sucediera, una ola de muertes inesperadas podría generar algunos choques políticos agudos, predicen los investigadores.

Con información de The New York Times.




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