Los conductores no priorizados siguen concentrándose masivamente en Los Nísperos
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La avenida Paseo Cuatricentenario de Valencia se ha convertido en el nuevo foco de demanda de la gasolina en Valencia y, este miércoles, sufría un cierto colapso en sus dos vías, flanqueadas por un par de colas que dificultan el ingreso habitual hacia y desde La Manguita, por cuanto en las inmediaciones de Los Nísperos se están concentrado masivamente los conductores no priorizados.

 

La estación de servicio del sector, llamada Campo Alegre, se reactivó para atender a los empleados de las empresas de telecomunicaciones en la jornada, pero también a una fila de más de mil vehículos que parte a tan sólo 50 metros de la entrada, donde está apostado un cordón militar, con varias unidades y efectivos.

Esta seguidilla de carros de conductores no priorizados conecta con la avenida Andrés Eloy Blanco y sigue hasta la altura de El Viñedo, por donde se encuentra la Mansión del Pan, y luego sube hasta internarse en Prebo y colindar con el Hogar Sirio Venezolano.

En Los Nísperos, la frustración anda en dos ruedas

Pero esto no es todo. Un numeroso grupo de motorizados aguardaba, con evidente frustración, a ver si algún personal castrense se apiadaba de su situación y les surtía unos litros de gasolina que han llegado a comprar a cuatro dólares cada dos litros, según se quejaba uno de ellos.

Sostenían una conversación en la que manifestaban su molestia por el maltrato recibido. “Nos siguen tratando como delincuentes sólo por tener una moto. Es nuestro vehículo y con él trabajamos, no tenemos otra forma de sustento”, decía otro.

Mientras tanto, señalaban hacia la bomba al ver pasar a uno que otro carro de los que califican de “vivos, porque tienen dólares para pagar a los militares por el combustible”.

“Si yo tuviera dólares me voy al Periférico a hacer mercado. ¿Tú crees que yo voy a regalar 20 verdes por un tanque lleno? Ni loco”, dijo un tercero.

Pasaban de las 10:30 a.m. y no se veía avanzar la cola de los particulares, aunque había unos cuantos vehículos surtiendo entre los dispensadores.

Rumores de nuevas activaciones

Al salir de la zona y pasando el elevado de Los Colorados, rumbo hacia la avenida Fernando Figueredo y luego hasta la avenida Aranzazu, llamó la atención que la estación de servicio Palo Negro, ubicada frente al Palacio de Justicia, concentrara una cola de autos que daba la vuelta a varias cuadras.

Señalaron a El Carabobeño que en el lugar y desde la tarde del domingo se apostaron unos 400 conductores no priorizados tras el rumor de que abrirían la bomba y surtirían. Para este miércoles continuaban con la esperanza de que la activarían en cualquier momento. No obstante, algunos impacientes choferes desesperaron y desistieron, por lo que la numeración inicial presentaba enormes desfases a lo largo de la fila.

También había un grupo de motorizados que se acercaron desde tempranas horas atraídos por el mencionado rumor, pero como los de Los Nísperos, empezaban a mostrar frustración. Dijo un joven que el sábado, en los alrededores de Plaza de Toros, apenas le permitieron llenar dos litros, mientras que a otros más afortunados les despacharon cinco.

En Prebo no pierden la esperanza

Lo de este sector llevó a recordar lo ocurrido en la bomba Prebo el fin de semana, donde un rumor similar activó una cola de gran dimensión.

Una vez frente al Shopping Center, se pudo constatar que hay conductores no priorizados que insisten en cargar la gasolina que aseguran que está almacenada en esta estación de servicio.

Sin embargo, los trabajadores del lugar niegan esa versión y hasta les han dicho varias veces que esperan en vano, que no habrá despacho, pero eso no inquieta a las personas que han colocado sillas y mesas plegables y echan mano de juegos de cartas o dominós para pasar la velada. Parece que nada les podría mover de allí.

La cola se extiende por la calle de servicio de la Andrés Eloy Blanco y decanta en la avenida Carlos Sanda, luego baja hasta la calle Las Delicias y retorna. Algunos aseguran que hay más de 550 vehículos a la espera.

Una jornada habitual

Más allá de estos tres casos particulares, la situación con la gasolina se desarrolla como es habitual en el resto de las bombas circundantes.

En Guaparo, personal de salud, pacientes renales y ambulancias realizan sus tres colas entre las inmediaciones del Majay y el hotel Staufer. En este último punto, dejan pasar de a diez al primer grupo, de a tres en tres al segundo grupo, más una unidad para el traslado de urgencias en cada tanda.

En la bomba Paramacay, como en Michelena, Lara II y Castillito, surtieron gas a los vehículos bajo modalidad dual durante la jornada. En la estación de servicio La Granja, los funcionarios públicos de alcaldías, entes y Gobernación aguardaban su turno para cargar combustible.




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