La compra de alcohol artesanal en sitios sin ninguna permisología le causaron la muerte por intoxicación a dos jóvenes el seis de diciembre, luego que junto a un grupo de amigos bebieran guarapita adulterada, dentro de la construcción de unas Petrocasas en Guacara.
La sustancia extraña era metanol, un tipo de químico incoloro, sin olor y tóxico, el cual también fue utilizado en el caso de Flor Amarillo, el 21 de noviembre. Al parecer los que preparan estas bebidas utilizan alcoholes nocivos a la salud, porque son más económicos, por esto mismo venden el producto a precios económicos, lo que se vuelve una oferta tentadora para los compradores.
Los fallecidos respondían a los nombres de Álvaro García, 20 años, y Omar Castellano, 27. Ambos se desempeñaban como obreros y trabajaban en la construcción ubicada en el barrio Venezuela, en donde ingirieron la bebida mortal.
Esta es una de las 104 historia que marcaron el mes de diciembre con sangre y delito. Esta cifra está combinada con las muertes producidas durante enfrentamientos entre funcionarios de cuerpos policiales y antisociales, los cuales son 29.
El último mes del año mantuvo un dato constante en los otros 11 meses. Valencia es el municipio más violento con 47 hechos, seguido por Libertador (9), mientras que Los Guayos, Diego Ibarra, San Diego y Naguanagua se igualan con seis homicidios, después viene el municipio Carlos Arvelo (5). San Joaquín se posicionó con cuatro hechos. Con tres bajas se ubican Puerto Cabello, Guacara y Bejuma. La zona con menos hechos fue Juan José Mora, en el litoral carabobeño, con dos vidas cercenadas. Los datos que faltan, corresponden a los casos que no fueron identificados.
De estos crímenes, 88 fueron cometidos con armas de fuego. Un resultado que se repitió en todo el año y que demuestra la cantidad de armamento en manos de delincuentes. Luego las cifras bajan a doce, seis por arma blanca y la otra mitad por golpizas. Dos más se produjeron por envenenamiento. Los casos faltantes corresponden a hechos que no fueron determinados.
