Al lado del sitio conocido como la Virgen de Patio Bonito está ubicado este centro de torturas y asesinatos cometidos por la banda delincuencial de origen venezolano. - Foto Cortesía de Semana

“Allí han ocurrido varios homicidios. De ese lugar sacaron al Gato y a Pitillo, con Guayabita, que aparecieron muertos y torturados en una carreta en Bellavista”, señala una declaración que obtuvo SEMANA y que describe lo que ocurre en este sitio de terror al mando de la temida organización criminal originaria de Venezuela, conocida como el Tren de Aragua. Su centro de torturas, secuestros, asesinatos y negocios de tráfico de drogas es el hasta ahora desconocido “Hotel Negro”.

Los asesinos del Tren de Aragua, como alias Alfredito, recientemente capturado, vivían en los mismos espacios que utilizaron como sala de torturas. Testigos aseguran que los gritos de las víctimas se escuchaban incluso desde la calle, a plena luz del día, nadie era capaz de decir nada. Los cuerpos los sacaban a la madrugada, envueltos en bolsas negras, con cinta de empacar cajas, de forma similar, como si tuvieran un manual criminal. La Fiscalía cuenta con videos que prueban el infierno escondido en la penumbra del Hotel Negro.

Se trata de dos casas que comparten una misma fachada y cobijan los terribles crímenes del Tren de Aragua, la temida organización criminal que nació en Venezuela y que ya se apoderó de varias localidades en Bogotá.

Las paredes de este antro del miedo son testigos, dicen los informantes, de una masacre que a cuentagotas se hace invisible en la zona. El lugar no tiene nomenclatura, los baldosines donde estaban las direcciones los despegaron. Son cuatro pisos de una tenebrosa fachada de cerámica negra que poco a poco se desmorona. En el primer piso, están los locales comerciales que solo abren por la noche. El resto, son habitaciones maltrechas que funcionan como pagadiarios.

No hay un aviso o razón social, pero todos en la zona lo conocen así: el Hotel Negro. Saben que es la guarida de los asesinos. A quien meten a la fuerza en esos edificios, lo desaparecen. Para llegar a este centro de torturas hay dos maneras: por la avenida Ciudad de Cali o la 38, una calle larga, congestionada y desbaratada; impregnada de comercio, tráfico de estupefacientes, prostitución, vendedores informales, camiones, carros, motos, bicitaxis, humo, polvo, basura, todo mezclado.

Los testimonios son aterradores. Los llamados “prestados”, delincuentes de otras bandas, son secuestrados y metidos en las habitaciones de este infierno. Los someten a torturas grabadas en video por los demonios del Tren. En la mayoría de los casos los asesinan y para deshacerse de los cuerpos acuden a una práctica brutal: los descuartizan o les fracturan las extremidades para meterlos en bolsas, sacarlos en bicitaxis y arrojarlos como basura en las esquinas.

Varios de los cuerpos hallados en bolsas en la ciudad coinciden con la manera en que son envueltos y torturados. Alias Alfredito, quien se encuentra en la cárcel y cuenta más de 40 homicidios, ha entrenado menores para realizar los crímenes. – Foto: cortesía fuente.

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