El nacimiento del hijo de Dios. (Foto internet)

La Navidad es una de las festividades más importantes del cristianismo. Esta solemnidad, que conmemora el nacimiento del hijo de Dios en Belén, la celebra la iglesia católica el 25 de diciembre.

El arzobispo de Valencia, monseñor Reinaldo Del Prette, sostiene que el hecho de que Jesús haya sido traído al mundo en un pesebre, lleva implícito un mensaje de humildad y sencillez.

Pero además representa la paz que se lleva en el corazón, la solidaridad con el hermano, y es el mandamiento de amor que Jesús nos dejó.

“Por eso la Navidad es el tiempo más bello. La Navidad es para que reconozcamos en ese niño, qué somos personalmente?, Que cambiemos nuestros corazones”.

El prelado de la iglesia católica considera también, que la Navidad es tiempo de perdón. Por eso las familias deben olvidar las viejas rencillas que pudo haber ocurrido entre sus miembros, pues lo que vale es el perdón para poder vivir como hermanos.

El 24 de diciembre brilló el nacimiento en la Catedral de Valencia. (Foto archivo).

LA FECHA

Existen varias teorías sobre cómo se llegó a celebrar la Navidad el 25 de diciembre, que surgen desde diversos modos de indagar, según algunos datos conocidos, en qué fecha habría nacido Jesús.

Los orígenes pueden variar de acuerdo a la festividad. Aunque la fecha exacta del nacimiento de Jesús de Nazaret no se encuentra registrada en el Antiguo Testamento ni el nuevo, el 25 de diciembre ha sido significativo en los pueblos de la antigüedad que celebraban durante el solsticio de invierno en el hemisferio norte. La adopción de esa fecha se realizó siglos después

Hay referencias históricas de que en la Edad Media había grandes libertades en los templos. Es por esta razón que es muy probable que los distintos Papas, a largo de la historia, eligieran el 25 de diciembre para conmemorar el nacimiento de Jesús con el fin de que los fieles cristianos se apartaran de las celebraciones paganas del solsticio de invierno.

El teólogo Leonardo Quezada señala que, más allá de desear feliz Navidad a nuestros seres queridos, debemos entender que con el nacimiento de Jesús se vive un acontecimiento único en la historia de salvación: Dios ha venido a habitar entre nosotros para comunicarnos de manera más cercana, como un hombre, la Buena Nueva que es fundamentalmente un mensaje de paz.

Añade que los cristianos debemos ser lo suficientemente susceptibles, para reconocer que este niño nacido en Belén, nos trajo un importante anuncio que nos posibilita participar de la vida de Dios y de la esperanza de la resurrección, compartiendo así el mismo destino de nuestro salvador que venció a la muerte de manera definitiva.

Tradicionalmente la Navidad en Venezuela se inicia con las misas de aguinaldos, a partir del 15 de diciembre hasta la misa de víspera de pascua.

En cualquier parte del mundo se conmemoran estas fiestas con la alegría de la llegada del año nuevo. Las luces decorativas, la degustación de productos típicos y la música navideña alegran cada rincón del planeta. Aunque a todos nos une el mismo sentimiento de paz, cada ciudad siente el espíritu de la fiesta a su manera.

El sacerdote español Antonio Ceballos Atienza, señala que hay días del año en los que todos, creyentes y no creyentes, sienten algo especial que invade su ser, impregna su espíritu e inclusive su humor. Uno de ellos es Navidad.

No obstante afirma que hoy más que nunca se corre el riesgo de reducir esta fiesta a un mero hecho social, olvidando sus raíces de auténtica significación cristiana.

Jesús nación en un pesebre, lo que representa humildad y sencillez. (Foto archivo)

Para comprender la esencia de la Navidad, la describe de la siguiente manera.

1. Navidad es un misterio de Amor

En ella descubrimos “un nuevo Dios”, el Dios amor, el Dios cercano, lleno de ternura y mansedumbre, un Dios distinto al que los filósofos nos han enseñado. Dios se ha acercado a los hombres, ha descendido hasta ellos y se ha situado al nivel de su vida y condición humana. Sólo desde la fe y un poco de locura es esto comprensible.

Dios que nace niño pequeño nos manifiesta así su amor a los hombres. Nosotros estamos llamados a participar de ese amor de Dios, a fomentar el amor cristiano, el amor fraterno que engendra la paz. El abrazo de amor que Dios Padre da al hijo es el abrazo de amor que Jesús nos da a cada uno de nosotros, y nosotros los cristianos debemos dar a cada persona.

2. Navidad es la fiesta de la humanidad de Dios

En Belén nació el “hombre nuevo”. Cuando Jesús apareció en las manos de su madre, acababa de revolucionar el mundo. Por ello no es una metáfora decir que “todos nacimos en Belén”. El don de Dios que fue la entrega de su hijo, es el mayor regalo que jamás han hecho a la humanidad. Desde Belén la condición humana ya no es una triste aventura llena de incertidumbres, sino de profunda esperanza.

Navidad es, en efecto, la fiesta de la humanidad de Dios, de un Dios que ha querido hacerse hombre, participar de la condición humana, ponerse así al lado del hombre y en favor del hombre. Esa es la razón última que nos impide a los cristianos ser pesimistas ante el hombre y la historia humana.

3. Navidad es la fiesta del Asombro y de la Adoración

Navidad es la fiesta del asombro y de la adoración porque desde ese día no solo está Dios con nosotros, sino también está en nosotros y entre nosotros. Tenemos que descubrir en cada ser humano la oculta presencia de Cristo, especialmente en los que sufren, en los más pobres y necesitados. Y esta es nuestra tarea y la tarea de los miembros de los centros de Cáritas en los que se atiende a las familias que padecen la situación económica y del paro, a los marginados de cualquier tipo, a los enfermos, a los que sufren, etc.

4. Navidad es la fiesta del gozo y la alegría

¡Alegraos! El Señor está cerca. El ángel que comunicó a los pastores el nacimiento del Mesías les dijo que esa noticia les iba a llenar a todos de alegría. Es un mensaje que vale la pena vivir y comunicar. Nuestra alegría es participación de la alegría de Dios. No es una alegría superficial, basada en las cosas materiales. Es la alegría profunda, arraigada en la fe y en la presencia de Jesús en medio de nosotros

5. Navidad es la fiesta de la esperanza

Cada Navidad relanza nuestra esperanza y nosotros tenemos el deber de sembrar y comunicar esperanza en derredor nuestro.

Las luces de Navidad van a brillar estremecidas de esperanza en los países, en donde la Iglesia y la conciencia religiosa están estrenando libertad recobrada. No podemos dejar de alegrarnos por ello porque “los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los cristianos”.

De la Navidad, lo más importante no es su aspecto exterior, reflejado en las diferentes tradiciones y costumbres, sino su significado interior, que verdaderamente resulta ser un gran tesoro. El Señor vuelve a nacer siempre gustosamente en el espíritu de quienes así lo desean. Por eso, cada Navidad es una oportunidad para pedir que el Señor venga a renovar nuestro interior.

 




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