Foto cortesía El Pitazo

Diversidad de criterios se manejan en relación a la efectividad o no del proceso de enseñanza aprendizaje a distancia que se está aplicando, producto de la cuarentena social que se cumple en el país para evitar el contagio con el coronavirus.

La mala prestación del servicio eléctrico, el acceso a internet y la posibilidad de contar con las herramientas necesarias son factores que influyen en el proceso. Por supuesto todo esto está relacionado con la condición económica, tanto de los estudiantes como de los docentes.

El dirigente sindical del sector educativo, Luis Guillermo Padrón, ha dicho en reiteradas ocasiones que la mayoría de los docentes carecen de teléfonos inteligentes, así como de computadoras para dictar clases a distancia. No pueden comprarlos porque el salario que reciben es muy bajo.

Padrón cuestiona el hecho de que a pesar de estar consciente de esta situación, el gobierno siguió adelante con el programa de educación a distancia.

Nayibec Véliz da clases en una escuela estadal y en otra nacional, pero aún con estos dos salarios no puede alimentar a su familia como desea.

La docente expresó que su teléfono es “un gallito”, que para completar tiene la pantalla dañada, situación por la que están atravesando varios de sus colegas.

Cuando se decretó la cuarentena se estaba terminando el segundo lapso. Para cumplir con las exigencias de la educación a distancia le pide a familiares o a vecinos que le permitan utilizar sus computadoras para poder comunicarse con sus alumnos. Esto, sin embargo,tiene un costo: Debe colaborar para mantener los saldos, porque eso no es gratis.

Con un postgrado y 25 años de servicio, Nayibec Veliz confiesa que tiene que ayudar con la limpieza a algunas amigas, para que le paguen con un producto, pues en una quincena cobra 400 mil bolívares.

Continuar con el programa implica para ella más gasto, porque tiene que ir al colegio a recibir los trabajados de los alumnos, con unos tapaboca y guantes que se le dificulta comprar porque son caros. “No podemos exigirle nada a los representantes, porque en muchos casos están peor que nosotros”.

Veliz piensa que este tercer lapso se cumplirá con deficiencias para la mayoría de los alumnos. La situación será un poco distinta para los alumnos cuyos padres han estudiado y los ayudan en los objetivos desarrollados.

Una realidad distinta

La realidad de Penélope Villamediana, docente de inglés del colegio La Salle, es otra. Su experiencia trabajando on line ha sido positiva, porque su internet funciona bien. Esto le ha permitido enviar las asignaciones a sus alumnos sin inconvenientes y estos las elaboran con un límite de tiempo extendido. En general se han logrado los objetivos.

Penélope Villamediana, profesora de Inglés. Foto cortesía

Abrió una herramienta pedagógica que se llama Google Classroom, anclada al correo electrónico, y le funciona como una aplicación, tanto en el teléfono como en la computadora.

A través de esa herramienta sube videos, hace encuestas, evaluaciones, ejercicios y ha posteado guías para que los estudiantes las revisen.

La docente explicó que muchas veces las respuestas de los estudiantes no son inmediatas. «Quienes viven en las urbanizaciones Los Mangos, El Parral, Prebo y Guataparo se quejan por las fallas de electricidad y porque el internet no les funciona, lo cual los obliga a utilizar sus datos. Por lo general hace una evaluación el lunes y espera una semana para tener la respuesta de los estudiantes de estas zonas.

A pesar de su experiencia positiva, Villamediana sostiene que la presencia de los docentes en las aulas de clase nunca podrá ser sustituida, porque la explicación en vivo es más digerible para el estudiantado. “Estoy al día, los muchachos están contentos, no se han quejado. Los que no tienen conexión han gastado mucha plata en megas pero en medio de la circunstancia creo que ha sido positiva la experiencia”.

Otros criterios

Juan Tortolero, presidente de Fetraenseñanza, sostiene que la educación on line es un discurso de la administración actual para resolver la imposibilidad de asistir a los planteles por la cuarentena social.

Juan Tortolero. Foto cortesía Unión Radio

A su modo de ver, en Venezuela no es posible, con o sin cuarentena, dar clases a distancia, porque el internet no funciona en todas partes y porque el servicio de energía eléctrica que se presta es muy deficiente.

Una muestra de que el internet no funciona, según Tortolero, es que los docentes hacen las asignaciones por esta vía y la mayoría tiene que ir a buscar la respuesta de los alumnos a los colegios. Lo lógico sería recibirlas igualmente on line.

El dirigente sindical estima que en un 90%, el resultado de este proceso será negativo porque, entre otras cosas, los apagones son a diario.

Una brecha cada día más amplia

José Manuel Bolívar, coordinador del sector educación del Plan País, afirmó que las realidades de las escuelas privadas y las públicas son muy diferentes. «La brecha cada día es más amplia».

José Manuel Bolívar Foto cortesía

Bolívar manifestó que las escuelas públicas albergan a unos seis millones 300 mil estudiantes y no tienen un sistema de educación a distancia. Tampoco existe una vinculación entre el niño y su maestra, para crear una experiencia de aprendizaje virtual. “No hay ni siquiera un currículum nacional coherente que pueda servir de brújula o de guía básica para el trabajo en las escuelas”.

A su modo de ver, esto no es más que la realidad de un sistema educativo que estaba en agonía y que ahora con la cuarentena y el distanciamiento de la estructura escolar, pudiera recibir un nocaut.

Bolívar subrayó que si Venezuela tuviera un sistema educativo con maestros bien pagados, con infraestructura escolar apta para la tecnología, con niños bien alimentados, la realidad sería otra. “Lo cierto es que el acceso de los niños venezolanos a la tecnología y a la información, con las deficiencias eléctricas y de conectividad que existe, es un sueño que solo existen en las alocuciones del ministerio”.

Se trató de conocer la visión sobre el particular de los directivos de la Asociación Nacional Institutos de Educación Privada pero no fue posible.

 




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