Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUVFoto cortesía @Nahumjfernandez

Crónica Uno
Por Héctor Antolínez @hectorantolinez

El pasado 3 de septiembre el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) llevó a cabo las elecciones de sus Unidades de Batalla Bolívar-Chávez (UBCh) con lo que cerró un proceso de renovación de sus estructuras de base y, aunque los voceros de la dirección nacional vendieron esto como un ejercicio de democracia, el verdadero objetivo era empezar a poner el partido a tono de cara a las presidenciales 2024.

Estas elecciones del PSUV permitieron no solo renovar las UBCh, sino también los jefes de calle y jefes de comunidad. Es decir, toda la estructura de base del partido más grande del chavismo.

Como parte del proceso, muchos de los que participaron en él resaltaron que permitió no solo “depurar” los malos liderazgos, sino también “refrescar las bases del partido” dos años antes de las elecciones presidenciales previstas para el año 2024.

Uno de los participantes de este proceso fue José Diez Idrogo, votante para la UBCh de la Universidad Bolivariana de Venezuela en San Pedro, Caracas, quien dijo que una nueva vocería “permitirá que se trabaje para resolver los problemas de la comunidad”.

Hay que reconocer que no lo hemos hecho muy bien acá en San Pedro, por eso es importante refrescar los liderazgos de base”, afirmó.

Diez Idrogo expresó, además, que esta renovación será “vital” para las elecciones del 2024, ya que permite poner a un lado a las personas que de verdad no están comprometidos con la organización política.

Una visión similar fue expuesta en el Liceo Andrés Bello, en el centro de Caracas, por Antonio Pantaleón, jefe saliente de la UBCh de esa zona.

Pantaleón calificó como “muy bueno” que desde ya el PSUV esté trabajando para depurar el partido antes de las presidenciales del 2024, pues dijo que dentro del partido existen personas que solo están en la organización buscando el beneficio personal.

Estas elecciones son algo bueno para el partido porque dentro de dos años tendremos elecciones presidenciales y vamos a tener que depurarlas, las UBCh tienen que ser de corazón revolucionario, no podemos tener gente que juegue para otros bandos o que esté por un interés”, manifestó Pantaleón.

Afirmó que si Nicolás Maduro quiere ganar las presidenciales del año 2024, debe tener bases que estén completamente comprometidas con el partido, por lo que la actualización de las estructuras es una necesidad.

“Es importante que nuestro presidente y nuestro partido sepan que las estructuras están actualizadas y comprometidas con él para el 2024. Es necesario, los que no se pueden quedar son aquellos que buscan un interés económico por estar en el PSUV. Chávez lo decía, que nos debemos al pueblo”, reflexionó el dirigente chavista de base.

Lealtad a base de clientelismo
Mientras que la militancia del PSUV habla de compromiso y de “depurar” a aquellos dirigentes que se encuentran en la tolda roja buscando algún tipo de beneficio personal, otra es la visión del politólogo Fernando Spiritto, quien, de hecho, explicó que es este posible beneficio personal lo único que el partido puede ofrecer a sus militantes.

Spiritto describió al PSUV como un partido “monolítico y centralista” por lo que el disenso real no existe en ninguna de sus instancias, mucho menos en las bases, las cuales añadió están subordinadas a la directiva central.

“Estas renovaciones de base no tienen, ni tendrán, impacto real en el liderazgo nacional del partido”, dijo.

Por ese motivo el politólogo cree que estas elecciones se terminan volviendo una repartición de poder dentro del chavismo, dándole a sus bases pequeñas cuotas de poder que los mantienen alineados.

“Esas peleas que uno ve de militantes del PSUV son porque cada vez hay menos para distribuir, por lo tanto estas renovaciones son una forma para los dirigentes de base de controlar los pocos recursos que aún quedan, sean algún cargo o las propias bolsas Clap”, dijo.

Spiritto sostuvo que es fundamental para el PSUV hacer estas reparticiones porque, de lo contrario, no contaría con un instrumento para mantener su militancia ya que es un partido que se alejó de lo ideológico para centrarse en lo clientelar.

El PSUV es un partido que solo existe para ganar elecciones, es una maquinaria que existe solo para eso y a cualquier precio. Son clientelares, no buscan una revolución real, solo reparten lo que puedan para que la élite mantenga el poder”, describió.

Spiritto también cree que es casi imposible que de los procesos internos de base se genere una verdadera “renovación”, ya que ese no es el objetivo y es además algo que la cúpula del partido no permitirá.

Si en algún momento un movimiento interno amenazara o afectara a Maduro o a Diosdado Cabello, simplemente van para afuera. Rafael Ramírez es el ejemplo más claro. Él (Ramírez) no está perseguido porque sea o no corrupto, está perseguido y fue sacado del partido por tratar de retar a Maduro con un proyecto distinto”, sentenció.

 




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