Puede pasar. Un mal día, tras el volante, José, María, Pedro o Miriam -no importa el nombre- deberán tener su cédula en mano para poder hacer cola y llenar el tanque de gasolina de su vehículo. El último número de su documento de identidad será determinante. El racionamiento del combustible es una medida que está en la mesa de reuniones de la comisión ampliada que se ha creado entre la Gran Misión Abastecimiento Seguro (GMAS) y el ministerio de Petróleo y Minería. Está siendo evaluada a fondo. Pero hay temor. El costo político podría ser alto.
El Gobierno se ha encargado de ocultar desde principios de año que existe una severa crisis de producción de combustible en el país. Casi simultáneamente se paralizaron las líneas de craqueo catalítico de Amuay y El Palito que, entre ambas, tienen una capacidad de producción de combustible de 470 mil barriles diarios (b/d). Fue en febrero. Pero las consecuencias no se sintieron de manera inmediata.
Luisa Millán recuerda, mientras cuenta más de una hora y media en cola, que en otras tres oportunidades durante este 2016 también tuvo que esperar en una estación de servicio, pero por menos tiempo y solo un día. Esta vez ha sido diferente. Ha ido cuatro veces en las últimas dos semanas a abastecerse de gasolina y ha tenido que hacer una larga cola. Todo indica que el problema ya existía, pero se solventaba rápidamente con la importación de los componentes necesarios para la producción en Cardón y Puerto La Cruz que permitía llenar por momentos los tanques en El Palito y Amuay. Pero ya eso no es posible.
Casi simultáneamente se paralizaron las líneas de craqueo catalítico de Amuay y El Palito
Antonio Méndez, exgerente de Petróleos de Venezuela, S.A. por 24 años, hasta 2003 cuando fue despedido por el entonces presidente Hugo Chávez, conoce desde adentro el funcionamiento de la industria. Sabe que en estos momentos no es posible revertir la crisis: “El déficit productivo es tremendo y sin dólares para adquirir lo requerido en el exterior la situación simplemente se le escapó de las manos al Gobierno y no tendrá otra opción que racionar lo poco que se puede procesar”.
POLÍTICA PERVERSA
Ya son más de ocho meses de una política que privilegiaba a las grandes capitales de estado. “Quienes manejan la industria petrolera ahora son tan perversos que la mermada producción la enviaban a Caracas, Valencia, Maracay, Barquisimeto y Maracaibo. A las principales ciudades para evitar un estallido social. Pero con la agudización del problema no pudieron evitar la escasez en gran parte del país. Se sigue cuidando el Distrito Capital y el estado Zulia por ser tradicionalmente de mayor respuesta ante crisis como estas”.
En la práctica el racionamiento de combustible ya es un hecho. Julio Pérez dejó a un lado los paseos de fines de semana con sus hijos, a quienes ahora lleva caminando a un parque cercano a casa. María Luisa Ordóñez y Dayana Montes son compañeras de trabajo y viven en la misma zona, así que se pusieron de acuerdo para ir y regresar un día en un carro y al día siguiente en el de la otra. Mientras que Sandra Perdomo limitó las actividades extracurriculares de su hija de seis años en las tardes a solo dos veces a la semana. Todo por ahorrar gasolina.
El consumo nacional actual de gasolina es de 260 mil b/d de los que solo se puede cubrir 29,62% con los 77 mil b/d que salen de Cardón y Puerto La Cruz. Mientras que de gasoil se colocan en el mercado 130 mil b/d de una demanda de 210 mil, lo que es igual a apenas 61,9%.
PRODUCCIÓN EN DECADENCIA
Las cifras oficiales confirman la decadencia de la industria petrolera denunciada por muchos especialistas. El último informe de Petróleo y Otros Estudios Estadísticos (PODE), publicado en 2013 por el ministerio, revela que desde 2007, con sus altos y bajos, el procesamiento de combustibles ha sido un revés.
En 2013, de acuerdo a ese documento publicado en el portal web de la cartera dirigida por Eulogio Del Pino, se contabilizaron 290 mil 71 b/d de gasolina, de la que 54,89% fue de 95 octanos y 45,11% de 91. Esos números fueron superados 0,34% en 2012 y 2,98% en 2011.
Antes de padecer la crisis actual, Venezuela era un país que, además de exportar barriles con petróleo crudo, hacía lo mismo con combustible. Fue un negocio que también se vino a menos con el pasar de los años. En 2004 se vendió a otros países un total de 27 mil 673 barriles, mientras que en 2013 la cifra cayó a 15 mil 889, 57,82% menos.
La memoria y cuenta 2015 del ministerio de Petróleo y Minería tiene registros aún más negativos. Además de reconocer que solo se utilizó 79% de la capacidad instalada de la industria, se indica que al mercado de exportación fueron entregados solo 49 mil barriles entre gasolinas y naftas.
CUATRO AÑOS SIN INVERSIÓN
Poco a poco se fueron apagando las líneas en El Palito. Primero fue una pieza que se averió y no se consiguió. Al encontrarla la estatal no contaba con los dólares para comprarla. Después pasó lo mismo con otro repuesto y no hubo más alternativa, la planta de craqueo catalítico del lugar tuvo que detenerse.
Por ser la más pequeña del país, con un aporte de 70 mil b/d de combustible, su afectación podría interpretarse como de menor incidencia. Pero no es así. La realidad así lo ha demostrado. “Las plantas importantes jamás pueden pararse”, enfatizó Méndez. Solo se hacían de manera programada y por mantenimiento preventivo, justo para el recambio de piezas y ajustes de las mismas y evitar un colapso como el actual.
“Desde hace cuatro años se dejó de hacer mantenimiento preventivo en las máquinas que hoy están obsoletas"
El consumo en 2013 en Carabobo, según el PODE, era de 22 mil 49 b/d de gasolina y 24 mil 32 b/d de gasoil. En tres años esa cifra ha crecido. Pero tomando en cuenta ese último registro oficial, si la producción en El Palito estuviese activa y al 100%, además de abastecer las 112 estaciones de servicio de la entidad, quedaría un excedente para hacer lo mismo con las que están instaladas en el resto de la región central del país y que hoy están llenas de colas esperando por el suministro de combustible.
En Amuay la paralización no pudo postergarse. Múltiples fugas en el sistema así lo condicionaron. Iván Freites, dirigente sindical de Pdvsa en ejercicio en el Centro de Refinación Paraguaná (CRP), relató que ahí dejó de funcionar la planta de flexicoquer donde se procesa la mayor cantidad de combustible en el país con una capacidad máxima de 400 mil b/d.
La causa es la misma que en El Palito. “Desde hace cuatro años se dejó de hacer mantenimiento preventivo en las máquinas que hoy están obsoletas y a las que hay que invertirle muchos dólares con los que no se cuenta para poder reactivarlas”.
DE LA EXPORTACIÓN A LA IMPORTACIÓN
Las cifras del Departamento de Energía de los Estados Unidos hasta finales de octubre, con datos certificados hasta agosto, indican que Pdvsa durante el octavo mes del año importó 17 mil b/d de crudo de la nación norteamericana para la refinería que tiene arrendada en Curazao y adicionalmente adquirió 75 mil b/d de los que 52% corresponde a gasolina para motor.
En promedio se recibieron en agosto 39 mil b/d de combustible para afrontar fallas presentadas tras la paralización de dos de las cuatro plantas productoras de gasolina en Venezuela. También está en los registros la importación de aceites y compuestos para fabricación de productos terminados entre los que está la propia gasolina, fuel oil y lubricantes.
INDUSTRIA REFORMULADA
El Coordinador de estudios de energía del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (CEDICE), Diego González, fue tajante: “Pdvsa ya no es una compañía petrolera, y se convirtió en una Compañía de Obstáculos Sin Arreglo (COSA). Su argumento es que al menos hasta 2010 la nómina de la empresa cerró con 92 mil 299 trabajadores, de los cuales 30% tienen estudios de primaria y hasta nivel técnico; 30% culminaron sus carreras universitarias; y sobre el 40% restante reconocen que no hay información ni datos. Hasta 2002, cuando el Gobierno inició la ola de despidos la industria funcionaba de manera óptima con 40 mil trabajadores.
El especialista aseguró que ahora las directrices del accionista de lo que denominó “COSA” incluyen trabajar para una nueva ética socialista; hacia la suprema felicidad social; la democracia protagónica revolucionaria; la nueva geopolítica nacional; y el modelo productivo socialista, entre otras futilidades, de acuerdo al informe de memoria y cuenta.
Esa reformulación de la compañía ha sido para González el detonante de que Pdvsa tenga severos problemas de baja producción y accidentalidad por falta de inversiones de mantenimiento y de personal calificado para manejarla. “Tienen una deuda inmanejable, y con un personal exagerado dedicado a todo menos a producir petróleo y sus derivados”. La conclusión es sostenida: el racionamiento de gasolina es una medida que podría estar próxima a ser anunciada por el Ejecutivo. No tiene otra opción.