Sí, Venezuela tiene múltiples problemas. Los políticos, económicos y sociales siempre están en la palestra y el mundo lo sabe. Pero hay otros, muy graves, a los que no se les ha dado la importancia debida y que causan un gran impacto: los ambientales.
Ocurren en todo momento, en diferentes partes del país, de una manera que se hace casi imposible de monitorear en tiempo real, pero un grupo de jóvenes se ha encargado de unirse para denunciarlos, documentarlos y visibilizarlos ante la comunidad internacional.
Son estudiantes universitarios de carreras como ingeniería química, civil y petrolera, además de derecho, comunicación social y geoquímica. Gabriel Cabrera es uno de ellos. A él se le ha visto entre los constantes derrames petroleros de la Refinería El Palito (REP), alzando la voz pero, sobre todo, alertando al mundo de lo que sucede.
Ellos han trabajado desde junio de 2019 en esta labor junto al Centro de Activismo y Desarrollo Democrático y el movimiento Fridays For Future, liderado por la activista medioambiental sueca Greta Thunberg.
Por ahora están haciendo investigaciones de problemas con gran impacto en los ecosistemas de Carabobo, Zulia, Aragua, Lara, Falcón, Anzoátegui, Nueva Esparta y Miranda, con el apoyo de investigadores de la Universidad de Carabobo, La Universidad del Zulia, Universidad Simón Bolívar, Universidad Central de Venezuela y la Universidad Rafael Urdaneta.
Datos determinantes
El objetivo de estos jóvenes es claro: Lograr que la comunidad internacional intervenga de manera positiva para frenar acciones contaminantes en diferentes regiones del país. “Nuestra intención es reunir a un grupo de especialistas en distintas áreas para hacer lo que creemos que debe ocurrir en este momento que es visibilizar ante la comunidad internacional la ausencia de la participación de Venezuela en la agenda global que es liderada por temas como la justicia climática y el cambio climático”.
Es así como han obtenido datos que han permitido que Venezuela ya esté sonando en el mundo con sus problemas ambientales. Solo desde junio de 2019 hasta febrero de 2020 contabilizaron 16 derrames en la REP que contaminan las aguas del Golfo Triste pertenecientes a los parques nacionales Morrocoy y San Esteban.
Ellos han ido hasta el lugar, recogieron muestras del agua, sedimentos y materia orgánica que fueron evaluados por biólogos de la Universidad de Carabobo (UC), quienes determinaron que el pH estaba tres puntos por encima de los parámetros normales.
Pero eso no es todo. Los cálculos que realizaron, junto a investigadores de la Universidad Simón Bolívar (USB), dan cuenta de que solo en el episodio del 1 y 2 de agosto de 2020, el derrame fue de entre 20 mil y 25 mil barriles de petróleo, lo cual equivale a tres mil 200 toneladas que es el triple de lo que se vertió en el mar tras el incidente ocurrido en julio de 2019 en la Isla Mauricio, y que fue suficiente para que la comunidad internacional participara de manera activa en la recuperación de todo el daño causado.
También fueron a la Costa Oriental del Lago de Maracaibo. Ahí se encontraron con que las torres petroleras de Lagunillas, Cabimas, Ciudad Ojeda y los puertos de Altagracia “se han caído o han sido desmanteladas por Pdvsa, se han vendido como chatarra a otros países, y esos pozos están abiertos, no hay protocolos para cerrar las perforaciones. Son tuberías que quedan constantemente echando chorros de petróleo y es algo que denunciamos”.
Otras instancias
Estos jóvenes han actuado con fuerza. Trabajan con especialistas de Ecuador, Costa Rica, España, Alemania y Filipinas para denunciar la emergencia climática.
Además, realizaron un documental que se va a promocionar este año en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y se han reunido con representantes de la embajada de Francia en Venezuela para hacer las denuncias ante la cumbre del G7 y el G20.
