Virgen de Chiquinquirá
La sagrada imagen de la Virgen de Chiquinquirá.(Cortesía La Verdad del Zulia)

Hoy es día de júbilo en Maracaibo, estado Zulia, y en otras regiones del país donde se venere a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, pues se cumple 312 años de la aparición de esta advocación mariana.

También se cumple 79 años de la coronación canónica de esta sagrada imagen, conocida popularmente como La Chinita, que es la patrona del estado Zulia y de Colombia. Al igual que de la Guardia Nacional.

Por efectos de la pandemia, este año tampoco habrá procesión, pero sí una misa solemne en su honor, según lo ha dispuesto el arzobispo de Maracaibo y presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor José Luis Azuaje Ayala.

Pero la feligresía no se quedará sin ver a La Chinita en su día, ya que la reliquia será llevada en recorrido en la María Móvil, pro distintas calles y avenida de Maracaibo. La acompañará la imagen de San José, patrono de la Iglesia Universal, en el año dedicado a la familia, anunciado por el papa Francisco.

Como se recordará, después de la Divina Pastora, tradicionalmente la imagen de la Virgen de Chiquinquirá es la segunda advocación mariana que tiene más seguidores. Eso se demuestra cada 18 de noviembre cuando se celebra su día, y un buen número de personas acostumbra esperar la celebración, desde la noche anterior pernoctando en los alrededores de la iglesia.

La ocasión es propicia para que grupos gaiteros interpreten las canciones que se han compuesto en su honor, y todo se convierte en una gran celebración.

Son internacionalmente famosas las ferias de La Chinita que se desarrollan durante más de una semana. Sin embargo por la pandemia, tiene dos años que no se realizan.

HISTORIA

De acuerdo con la tradición zuliana, en el año 1709, la imagen llegó a una humilde lavandera de nombre María Cárdenas, la cual era habitante de un barrio humilde de  Maracaibo denominado «El Saladillo».

La lavandera cumplía su faena en las orillas de lago de Maracaibo, cuando una tablita llegó a sus manos, sin ninguna particularidad que la hiciere especial. La recogió y llevó a su casa, donde la utilizó como tapa de una tinaja de agua.

Existe la creencia de que esta tablita pudo haber caído de algún barco que surcaba el lago. El 18 de noviembre, cuando la mujer estaba colando café, se dio cuenta que en la tablita había una virgen, por lo que  la colgó en la pared.

Luego de un rato escuchó unos golpes como si alguien estuviera llamando. Se acercó para ver lo que sucedía y quedó asombrada ante el brillo que emanaba la tabla, revelando la imagen de Nuestra Señora de Chiquinquirá. Tras la conmoción gritó ¡Milagro! ¡Milagro! Los vecinos acudieron a la casa de la señora y corroboraron la existencia de la sagrada imagen. ​

Se presume que la tabla fue lanzada como despojo en aguas del mar, de un saqueo de algún pirata en el por aquel entonces Virreinato de la Nueva Granada (hoy Colombia) y se desconoce cuánto tiempo pudo estar flotando hasta llegar al lago de Maracaibo.

Luego del portento similar al ocurrido en el vecino Virreinato, se quiso trasladar la imagen a la Catedral de Nueva Zamora de Maracaibo. La Virgen era llevada en los hombros del pueblo, pero la imagen se puso tan pesada que impidió seguir moviéndola.

Finalmente, después de muchos ruegos al cielo y súplicas, uno de los presentes exclamó: «Tal vez la virgen no quiera ir a la iglesia matriz y prefiera la de San Juan de Dios». Entonces la procesión cambió su rumbo hacia la iglesia de la gente humilde de la ciudad y la imagen recuperó su peso normal.

Desde ese día La Chinita, protege desde su templo, hoy consagrado como basílica, al pueblo zuliano. La imagen de la Virgen De Chiquinquirá ubicada en Venezuela, no es una copia de la colombiana. Ambas son consideradas originales porque se supone que la virgen hizo su aparición en las dos regiones, en diferentes tiempos.

Hace 79 años la imagen sagrada fue coronada canónicamente con las ofrendas de oro junto a piedras preciosas y semipreciosas, tales como rubíes, zafiros y esmeraldas que su pueblo le ha obsequiado desde la colonia.

La corona está sostenida por cuatro ángeles de plata. En la época hispánica la tabla fue cubierta en sus bordes con un repujado de oro, ciertos adornos sobre la imagen como coronas para la virgen y el niño, la aureola, etc, los cuales han sido retirados en su mayoría, a excepción de las corona.

La imagen cuenta además  con un cetro de oro, zafiros y esmeraldas, así como con una corona elaborada con piedras denominadas «tumas» obsequio de la etnia guajira.

ALGUNOS MILAGROS

Durante las procesiones que se hacían antes de la pandemia algunos devotos de la virgen contaron haber sido favorecidos con un milagro de ella.

José Nava, un trabajador petrolero, contó que en una de sus jornadas laborales mientras estaba solo cayó al lago de Maracaibo de una de las gabarras. En su desesperación se encomendó a La Chinita para no morir ahogado y a los pocos instantes fue rescatado.

Narró que apenas lo montaron en la lancha para salvarlo, pidió ser llevado a la basílica para agradecer a la virgen. Se comprometió a seguirle agradeciendo hasta que tenga vida, todos los 18 de noviembre.

Dalia Contreras también está agradecida porque su pequeña hija sufría de una patología que le impedía ver a través de uno de sus ojos, por lo que los médicos recomendaban retirarlo. Le pidió con fe a la virgen y no hubo necesidad de quitarle el ojo a la niña, pues sanó.

En el año 2016 Hilmy Salinas, de 39 años de edad, visitó El Carabobeño para contar que años atrás había recibido un milagro de Nuestra  Señora del Rosario de Chiquinquirá.

De acuerdo a su relato, cinco años antes, le habían diagnosticado hipotiroidismo, tras detectar un nódulo en el cuello. Tenía además antecedentes de necrosis en las trompas por una infección contraída en una operación de apéndice que la había dejado estéril.

Lo cierto fue que un 18 de noviembre acompañó a su madre a una misa en honor a La Chinita en la iglesia San Antonio de Prebo, donde le pidió a la virgen que le concediera el favor de tener otro hijo, porque tenía uno, y al poco tiempo procreó a su hija Sofía. Ese es el milagro que obró la virgen en ella.

 

 

 




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