Nació en Betijoque, estado Trujillo, el 25 de abril de 1877, graduado de Bachiller en Filosofía el 6 de agosto de 1896 en la Universidad del Zulia. Realizó estudios de medicina en la Universidad Central de Venezuela entre 1896 y 1898.

No completó el segundo año de la carrera, ni se graduó de médico; sin embargo, el excelente adiestramiento que tuvo en ese breve lapso, las lecciones que recibió del doctor Santos Aníbal Dominici, en el Instituto Pasteur de Caracas, donde fue su preparador y se familiarizó con la bacteriología y la microbiología técnica, haber sido externo en la Cátedra de Clínica Médica, dirigida también por el doctor Dominici en el Hospital Vargas y el desempeño que tuvo como preparador en las cátedras del doctor José Gregorio Hernández, entre el 16 de agosto de 1899 y el 1 de abril de 1903, quien le enseñó las técnicas de la parasitología microscópica, la coloración de microbios, la elaboración de medios de cultivo, y la inoculación de gérmenes patógenos en animales de laboratorio, facultaron a Rangel para recibir el nombramiento, el 18 de febrero de 1902, de jefe del Laboratorio de Histología y Bacteriología del Hospital Vargas, donde además de hacer los exámenes de rutina y ofrecer soluciones terapéuticas, desarrolló una corta pero fructífera carrera de investigación.

Por sugerencia del doctor José Gregorio Hernández, una de las primeras líneas de estudio seguidas por Rangel, fue, estudiar la estructura y fisiología del sistema nervioso. Su contribución de mayor impacto en la historia de la medicina, consistió en el análisis sistemático y detallado -fundamentándose en el estudio de casos- de la anquilostomiasis como causa de anemias graves en poblaciones rurales. En las deyecciones de pacientes y en la mucosa intestinal observó y el parásito Necator americanus y sus huevos.

Esos hallazgos fueron sumamente útiles para establecer el tratamiento de la enfermedad. A fines de 1904, en un viaje a los llanos logró establecer la causa de la «derrengadera» o «peste boba» de los caballos al encontrar organismos unicelulares o Tripanosomas en la sangre de animales afectados. Entre 1906 y 1907, cerca de Coro en el estado Falcón, diagnosticó correctamente como ántrax una enfermedad bacteriana conocida vulgarmente como el «grito de la cabra».

En marzo de 1908, se presentó en el puerto de La Guaira una enfermedad infecciosa con carácter epidémico que produjo gran alarma en la colectividad porque se sospechaba que se trataba de peste bubónica. Rangel fue llamado para que averiguara lo que estaba pasando y como en un primer momento no logró aislar los agentes etiológicos, declaró que los enfermos no estaban aquejados de tan temida enfermedad.

En análisis sucesivos Rangel apreció, que efectivamente se trataba de un brote de peste bubónica y que por retardar el diagnóstico, la epidemia había tomado cuerpo, causando defunciones que pudieron haberse evitado con las medidas preventivas que debieron ser tomadas desde un comienzo. Ese error diagnóstico, producto del apresuramiento, hizo que recayeran sobre Rangel acusaciones y desagrados que se confabularon para crearle un antagonismo social y político, acrecentado al perder la protección del Presidente Cipriano Castro, quien se ausentó del país en noviembre de 1908.

A Rangel le fue negada una solicitud de beca para estudiar en Europa, sin defensa en el ámbito oficial, atacado por aquellos que pretendieron ser sus amigos. Desarrolló una psicosis depresiva que lo condujo a suicidarse ingiriendo cianuro en el laboratorio a su cargo en el Hospital Vargas. Un fin trágico que sacudió el ambiente académico y la opinión pública, y que dio origen dos meses después, a una obra de teatro titulada «Sombras», original de Salustio González Rincones, escrita como un tributo a la amistad que existió entre Rangel y la familia del escritor.

La presentación tuvo lugar en el Teatro Caracas, el 9 de octubre de 1909, ante una nutrida concurrencia. En el drama que se desarrolla en cuatro actos. Uno de esos personajes es un profesor de medicina que incrimina supuestamente al doctor José Gregorio Hernández en un comportamiento hostil en contra de Rangel. Sin embargo, una revisión ponderada de la relación entre Rangel y el doctor Hernández denota que la expresión teatral es infundada y que estuvo motivada por una distorsión de González Rincones.

El doctor Hernández se ocupó de Rangel a su llegada de Betijoque en 1896, e influyó de manera pública y notoria, una vez que constató que éste poseía habilidades extraordinarias para el trabajo en el laboratorio, en el proceso de selección para escoger a los preparadores, de manera que lo designara como asistente de sus cátedras. Esta fue una recomendación atinente, porque Rangel se convirtió en un técnico de primera bajo la influencia del doctor Hernández.

Además, fue evidente en los círculos académicos de la época, que las enseñanzas recibidas por Rangel de su maestro fueron trasmitidas con esmero, de manera prolija y sin inconvenientes en la cátedra y el laboratorio. Rangel siempre reconoció en el Doctor Hernández un maestro, un apoyo y un estímulo. Prueba de ello fue que en 1904 le dedicó uno de sus más connotados trabajos sobre el anquilostomo y en l906, siendo jefe del Laboratorio del Hospital Vargas, acudió a él para hacerle consultas sobre un trabajo conjunto con A. Minguet Letteron sobre el carbunclo.

El 1 de junio de 1973, la Cátedra y el Servicio de Psiquiatría del Hospital Vargas, convocaron a un connotado grupo de médicos y psiquiatras, para discutir, basándose en una charla del doctor Marcel Roche, las causas del suicidio de Rafael Rangel. Los asistentes coincidieron en afirmar, que no obstante, la contribución que hizo a la historia de la medicina, la cual lo califica como el fundador de la Parasitología en Venezuela, Rangel sufría de una psicosis depresiva que por factores políticos y sociales hizo crisis en los días que antecedieron a su trágica, lamentable y prematura muerte.

Felicitaciones a los Bioanalista en su fecha conmemorativa.

Churuguarero777@gmail.com




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