«Inspirador de la Independencia Americana, Ilustre sacerdote jesuita».

Nació en la población de Pampacolca, cerca de Arequipa-Perú el 26 de junio de 1748.

Ingresó en 1761 junto a su hermano José Anselmo como novicio en la Orden Jesuita, teniendo que abandonar el aprendizaje y el país, a causa del decreto del rey Carlos
II, emitido el 27 de febrero de 1767, que ordenaba la expulsión, de todos los jesuitas que se encontraban en los dominios españoles en hispano América, igualmente los que se encontraban en Francia y Portugal, los cuales sumaban cinco mil; de ellos cuatrocientos
cuarenta y dos se encontraban en el Perú.

Juan Pablo, se trasladó junto a su hermano a  la población de Massa Carrara, cerca de Génova-Italia, donde completó sus estudios religiosos. Se hacía llamar el abate Paolo Rossi y su hermano Antonio Valossi.

Desde el exilio apoya pero sin éxito al movimiento independentista en el Perú de Tupac Amarú (José Gabriel Condorcanqui)en 1780 y 1781.

Sin medios económicos  al no poder recibir su herencian por la confiscación de sus bienes, se vio obligado a trasladarse en 1782  a Londres.

Pasó a la posteridad al escribir en esa ciudad en 1791, su famoso documento:

“CARTA A LOS ESPAÑOLES AMERICANOS POR UNO
DE SUS COMPATRIOTAS”.

Con su lema:
“El amor a la Patria vencerá”.

Considerado uno de los primeros documentos políticos, que plantea abiertamente la independencia total, se inspiró en los libros del ginebrino Juan Jacobo Rousseau y de los franceses Carlos Montesquieu y Francisco Voltaire; Viscardo becado con trescientos pesos en Londres desde 1796, explicó el Principio de Autodeterminación de los Pueblos, resumió en cuatro palabras los tres siglos del coloniaje español:

“Ingratitud, Injusticia, Servidumbre y Desolación”.

Este valioso escrito dejó honda huella en el proceso emancipador, es denominado
por muchos historiadores como:

“La Primera clarinada de la libertad americana”, como “La Primera Proclama de la Revolución Americana” y como:

“La Partida de Nacimiento de la independencia Hispanoamericana”.

La Carta de Viscardo es una larga acusación contra España durante los tres siglos de colonización, se refiere igualmente al texto de Montesquieu, a la verdadera lucha contra la monarquía y la reivindicación del indio.

Este digno ideologo, pensador y luchador, antes de fallecer en Londres el 10 de febrero de 1798, entregó el material en custodia a Rufus King, diplomático norteamericano, con quien mantenía excelente amistad, para que se los entregara a Francisco Miranda, que no lo conocía, pero sabía de su afán emancipador.

Los documentos llegan a manos de nuestro “Siempre Precursor”, quien a los dieciséis meses de la muerte de Viscardo, emocionado por el contenido redentor, lo inmortalizó al escribir el prólogo, al colocarle un falso pie de imprenta de elaboración en Filadelfia y lo repartió clandestinamente a los emancipadores y conspiradores hispanoamericanos.

Este valioso e histórico documento se tradujo en 1801 al Castellano, convirtiéndose en un gran texto de influencia de las futuras actas de independencia en Suramérica.

Miranda tomó nota de este documento, para la elaboración de su Proclama leída y colocada en Coro en agosto de 1806, igualmente le hizo llegar en Trinidad un ejemplar al protomártir Manuel Gual, quien se hallaba desterrado luego del fallido movimiento emancipador de
1797, conocido como de «Gual y España».

Este documento sirvió de referencia en la Carta visionaria sobre la América española, escrita por nuestro Libertador en Jamaica el 6 de septiembre de 1815.

Don Andrés Bello, en su “Alocución a la Poesía”, escrita en Londres y publicada en 1823, menciona ideas de Viscardo.

Extractos de este valioso documento precursor:

“Queridos Hermanos y compatriotas, puesto que España, siempre nos ha tratado y considerado de manera tan diferente a los españoles europeos, y que esta diferencia solo nos ha aportado una ignominiosa y esclavitud, decidamos ahora por nuestra parte, ser un pueblo diferente.

Renunciemos al ridículo sistema de unión y de igualdad con nuestros amos y tiranos, renunciemos a un gobierno, que a una distancia tan enorme, no pueda darnos ni siquiera en parte, los grandes beneficios que todo hombre puede esperar de la sociedad a la que se encuentra unido.

Descubramos nuevamente América para todos nuestros hermanos de toda la tierra, y nuestra recompensa, no será inferior a la de todo el resto  del mundo, de donde la ingratitud, la injusticia y la codicia mas insensata nos han desterrado”.

La memoria de Juan Pablo Viscardo Guzmán, fallecido en Londres el 10 de febrero de 1799, es apreciada por los inmigrantes que se encuentran en Londres, lo consideran su Patriarca y Protector.

Eumenes Fuguet Borregales.
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