Ya para diciembre del 2016, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió la primera alerta epidemiológica en que informaba que tres países latinoamericanos habían presentado la reaparición de la difteria. Pero, en lo que va del 2017, en Venezuela se reportan 183 casos sospechosos. Un retroceso a 24 años, tras su erradicación.

Pero, es asombroso que sea ahora este  4 de agosto, cuando el Gobierno anuncia el inicio de las jornadas de inmunización, en que la población puede hacer uso de la vacuna que la previene, como la pentavalente. “Debería, ser los 365 días del año y así es muy difícil que pueda cubrirse toda la población que las requiera”, refuta el doctor José Felix Oletta, médico epidemiológo y ex ministro de la Salud.

La «Red Defendamos la Epidemiología» ha realizado unas observaciones desde el punto de vista técnico, porque los mejores resultados se alcanzan cuando se hace la vacunación durante todo el año.

Es un tema cultural, en donde la participación de las personas al sistema de salud es fundamental, considera Oletta.

– El ministerio tiene la obligación de sensibilizar, educar y de promover la salud. Es una de las estrategias vitales, no se puede hacer promoción de salud con vacuna sino se hace educación para la salud, ni promueve en las personas el reconocimiento de los factores de riesgo para no enfermar y, sobre todo, porque son enfermedades que se previenen cuando se vacuna a las personas en el momento oportuno, adicionó.

Se estima que 10 por ciento de las personas que la sufren pueden fallecer en el caso de la difteria.

El doctor Oletta hizo dos llamados: Uno, al Estado, a que cumpla sus obligaciones, porque su actividad fundamental es prevenir las enfermedades y educar para la salud.

El otro llamado a la población: Que reclame sus derechos, porque mientras no reconozca el derecho a la salud, que aunque es intangible, no se puede tocar, solo se puede dar cuenta cuando pierde la salud o se enferma. Es un tema muy sensible, porque primero la población tiene que conocer sus derechos para ejercerlos, pero no es nada más tener derecho a la información, es estar bien informado de las fuentes oficiales, de cuáles son los factores de riesgos, de cuáles son las oportunidades para vacunar y cuáles son esos sitios donde se aplican.

Todas estas indicaciones deben estar en la agenda diaria y de acceso permanente. No es posible que la página web del Ministerio esté caída más de tres meses. “O hay negligencia o incapacidad total para promover la salud, desde el punto de vista de comunicación masiva del MPPS, así como tiene derecho de mostrar su descontento en una manifestación pacífica, también a la vida, a la salud y a la información, y los ciudadanos ganamos en ciudadanía en la medida en que ejercemos nuestros derechos”.

No hay información oficial

Este mes de febrero de 2017  una niña murió por difteria en el estado Bolívar, según reportó el diario Correo de Caroní. La infante respondía  al nombre de Desireé Machuca de 10 años, era oriunda de Pariguán en el estado Anzoátegui; y fue tratada en San Félix (Bolívar) recibió diagnóstico y  tratamiento, pero la niña no soportó la enfermedad, murió el domingo 12 de febrero, convirtiéndose en la segunda fallecida por la difteria este 2017.

La primera muerte por difteria que se reportó este año, fue la niña Eliannys Medina Vivas, de nueve años, también proveniente de Pariaguán, le ocurrió algo similar al caso descrito: salió de su pueblo al hospital de Guaiparo donde falleció.

La enfermedad  que había sido “erradicada hace más de 20 años” en Venezuela, ahora reaparece y en gran escala. Aunque autoridades han indicado que hay un esquema de vacunación, pero según Oletta, de acuerdo a unas cifras que ha difundido la OPS 95 por ciento de los infectados no poseían la vacunación completa.

La difteria es una vacuna que se aplica a través de la pentavalente en tres dosis, en menores ante el primer año de edad. «Una sola dosis o dos no son suficientes», explicó Oletta.

Sin embargo, señaló que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) tardó en actualizar la cifra de los casos, lo cual ha generado desinformación en la comunidad médica. Además, de la respuesta tardía por parte del Ministerio de Salud de ejecutar planes preventivos contra la enfermedad.

Por cierto, ante la información de un caso de mala colocación de esta vacuna en un niño en el estado Trujillo, Oletta advirtió que las autoridades sanitarias siempre tienen que implementar un programa de vigilancia de los efectos secundarios de las vacunas, así como se tiene garantizar la cadena de frío, las inyectadoras, el algodón, personal humano. También ofrecer un sistema de vigilancia, porque siempre hay efectos secundarios menores como el dolor local en el sitio de locación, si se produce algún eritema, pero hay posibilidad de respuestas mayores, pero en estos casos el sistema de salud tiene que garantizar esa atención.

La mejor forma es que todos participen en el cumplimiento de la promoción de la salud, cumpliendo las normas que establecen los especialistas, y reclamando al Estado el cumplimiento de sus obligaciones, no se puede transferir solo a la familia la responsabilidad porque el niño no se vacuna.

Y Venezuela es en estos momentos es uno de los países que menos cumple los programas de inmunización a escala intercontinental. El caso de la vacuna de la difteria es el ejemplo clásico. “Cómo es posible que hemos retrocedido a una situación ya superada hace 25 años, porque en el último quinquenio no se ha realizado la vacunación adecuada”.

¿Qué es la Difteria?

Es una infección aguda causada por la bacteria denominada “Corynebacterium diphtheriae”. Antes de la reaparición en 2016, Venezuela registró su último caso en el año 1992.

¿Cómo se contrae?

La Difteria, en los pacientes que son portadores sanos, vive en las fosas nasales, nariz y garganta. Puede transmitirse con un estornudo, ya que al hablar con la gente las gotas de saliva que se desprenden ingresan por vía aérea al paciente, y ahí sigue el ciclo normal.

No tiene edad, ni sexo estipulado. Si no se ha vacunado, posee una mayor probabilidad de contagiarse.




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