Foto archivo

Alberto Suárez* pensó que cuando su hijo menor se cayó y sufrió una fractura, era el peor día de su vida. Hasta que conoció el área de emergencia pediátrica de la Ciudad Hospitalaria Enrique Tejera (Chet), dónde las paredes están siendo adornadas con colores vivos, pero adolecen de insumos médicos.

Al llegar al área de emergencias, los pacientes deben compartir el pasillo con los trabajadores que pintan el hospital, mientras esperan que se desocupe una habitación o aparezca un camillero donde acomodar al lesionado. Lo peor viene después: si el paciente es debidamente ingresado, el familiar debe preparar el bolsillo para comprar de emergencia los utensilios para el tratamiento, que van desde soluciones, hasta las férulas de la inmovilización.

«Todo lo que necesite el paciente hay que salir a comprarlo. No hay solución; jeringa, algodón. Aquí no hay absolutamente nada. Eso no puede ser».

En el caso del hijo de Suárez, la única medida alternativa para evitar una intervención quirúrgica, era la colocación de una férula en el fémur, que en el mercado privado le costó 60$, sumado a 30 $ del yeso inmovilizador, fueron 90 dólares en solo un día. Suárez estima que en total ha gastado al menos 500$, lo que le genera indignación, pues se trata de un hospital público.

El drama que Alberto Suárez vive con su hijo, no se queda solamente en la falta de insumos, sino que además los familiares deben adquirir por otras vías la medicina del paciente. «Piden Paracetamol, Ketoprofeno, Ciprofloxacina, alcohol, entre otras cosas».

El 26 de agosto el gobernador Rafael Lacava difundió un tuit en el que mostró la recepción del área de emergencia pediátrica, donde se apreció un delfín, dibujado en la pared y una zona totalmente limpia. De hecho, el Gobierno Regional está desarrollando un programa de rehabilitación integral del área hospitalaria. Sin embargo, no ha especificado aún si los trabajos de recuperación también comprenden la dotación de insumos.

Mientras tanto, familiares como Suárez denuncian que hasta los exámenes médicos deben pagarlos en laboratorios privados.  «Aquí no hay reactivos para absolutamente nada. Todos los exámenes de laboratorio se hacen por fuera. Estamos hablando de plaquetas, electrólitos, plomo en la sangre, hematología completa; todo eso».

El día a día de un paciente en la CHET no se limita a luchar por la supervivencia. Debe lidiar con la falta de medicamentos y con problemas estructurales del mismo hospital, como la falta de camillas para trasladar a una persona de un área a otra. También debe enfrentar la pesadumbre de una institución que a pesar de las dificultades, está llamada a salvar vidas.

* Nombré ficticio




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