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El Día de Internet es una efeméride que se celebró por primera vez el 25 de octubre de 2005. Poco tiempo después, la Cumbre de la Sociedad de la Información celebrada en Túnez en noviembre del mismo año, decidió proponer a la ONU la designación del 17 de mayo como el Día Mundial de la Sociedad de la Información, por lo que se movió el denominado Día de Internet a dicha fecha, impulsada por la Asociación de Usuarios de Internet de España.

Desde entonces este día se celebra en México, Perú, Chile, Paraguay, Argentina, España, Colombia, Uruguay, Ecuador, El Salvador, Bolivia, Venezuela y República Dominicana y en algunos otros lugares del mundo.

Este día también es conocido como el Día Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información. La fecha busca dar cuenta de la importancia de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en la vida actual y el desarrollo de la sociedad. Y en este sentido se busca concientizar sobar la necesidad de reducir la brecha digital.

En 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el acceso a internet como un derecho humano. Justamente por el valor que tiene y la relevancia en todos los ámbitos de la sociedad.

En el marco de la virtualización obligada que llegó de la mano de la pandemia, este día cobra especial importancia: hoy, aquellos sectores de la población que no tienen acceso a la red o cuentan con un acceso limitado se ven profundamente afectados en su economía, vínculos, así como en el acceso a la información y otros tipos de servicios.

La internet en Venezuela a borde del colapso

El servicio de Internet en Venezuela está a borde del colapso, por lo que resulta toda una pesadilla. Según los últimos datos de Speedtest para febrero de 2020, la velocidad de banda ancha móvil de Venezuela ocupa el puesto 139 a nivel mundial, por encima solo de Afganistán y Palestina. La velocidad de banda ancha fija ocupó el puesto 175 en todo el mundo, solo más rápida que en Turkmenistán.

Desde que comenzó la cuarentena nacional el 17 de marzo, cada día ha marcado un nuevo pico en el consumo de datos, según una persona con conocimiento directo de las cifras privadas.

La red de telecomunicaciones de Venezuela estaba lejos de ser robusta antes de que el país entrara en cuarentena por la propagación del coronavirus. Ahora, con millones de personas atrapadas en casa que chatean y ven video por streaming, está al borde del colapso.

La mayor operadora del país, la filial de Telefónica SA Movistar, dijo que el aumento en el uso de datos durante la primera semana de refugio de los venezolanos fue igual al incremento completo para todo 2019. Esto a pesar del hecho de que el país ha perdido millones de usuarios en los últimos años, según el regulador Conatel.

Todo esto sobre una red que ya operaba a máxima capacidad”, dijo José Luis Rodríguez Zarco, presidente de Movistar Venezuela, en una carta del 20 de marzo en la que pide a los clientes que usen la red de manera responsable. “Nuestro servicio es indispensable para sectores críticos como cuidado de la salud, alimentación”.

Según el índice Global Speedtest, Venezuela ya tiene la velocidad de Internet más lenta en América Latina. Los expertos dicen que años de baja inversión y negligencia, apagones recurrentes y estrictos controles de precios han dejado la infraestructura de Venezuela años detrás de la de otros países de la región. Los planes de Movistar cuestan en promedio el equivalente de entre 15 centavos y US$1 por mes.

El uso de Twitter, TikTok y WhatsApp aumentó 40% cada uno. Además de hacer la vida bajo encierro mucho más insoportable, el servicio irregular de Internet amenaza con afectar aún más la economía.

Es tan lento que es una tragedia

“Mi Internet se me desconecta a cada rato, he llegado tarde o he dejado de escuchar muchas de las cosas que se hablan”, en llamadas en conferencia de trabajo, dice Javier Valero, un abogado de 23 años en Caracas que ha estado trabajando desde su casa las últimas dos semanas. “Es tan lento que es una tragedia”.

A todo esto se suma la escasez de combustible la cual empeora cada día, caldeando los ánimos de los usuarios, lo que se manifiesta en protestas en distintos estados del país.

Las torres móviles en Venezuela operan con diésel, mientras que el cierre de muchas gasolineras hace que sea imposible que los técnicos salgan a reparar fallas en las torres. Mientras que el vandalismo también es un problema, ya que las personas toman materiales valiosos como el cobre que se pueden vender en el extranjero, lo que ha debilitado el sistema de respaldo para todas los operadoras, incluida la estatal Movilnet, la segunda más grande.

“La industria de las telecomunicaciones aquí es inestable, en parte debido a la dificultad de comprar o reemplazar equipos”, explica José Miguel de Viana, expresidente de Movilnet. “Al obligar a los operadores a limitar las tarifas, no pueden pagar la capacidad necesaria para manejar los aumentos de uso”.

Mientras, el régimen ordenó a las empresas de telecomunicaciones continuar ofreciendo sus servicios durante la cuarentena, incluso si los clientes no pueden pagarlos.

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