En esta ocasión quiero hablar sobre esas personas que viven su vida acumulando sucesos negativos, traumáticos o desagradables, tomando estos como recursos para sustentar una llamada “desgracia”.
Los que han tenido la oportunidad de escuchar personas que expresan, “es que a mi nada me sale bien”, “bueno aquí vamos”, “bueno todo en caos pero pa’ lante”, “pero que feo está todo”. Es como si tuviesen puestos unos lentes bien oscuros que le nublan la mirada y solo les permite ver lo oscuro, negativo y tortuoso.
¿Cuantas veces has sentido que te quejas más de la cuenta? ¿Cuántas veces has tardado horas hablando sobre el mismo problema, una y otra vez?. Querido lector, el problema no se soluciona por la cantidad de veces que lo repites, al problema puedes encontrar solución si lo miras y lo sientes diferente, no desde la queja ni desde la victima herida por el contexto.
Una de las estrategias que se emplean para la resolución de conflictos es el auto distanciamiento de la situación o persona que genera malestar. Imagina que la situación representa un círculo imaginario y tú en forma lenta vas saliendo de él y tan solo lo miras desde arriba. Digamos que es cuestión de perspectiva. Toma una hoja de algún árbol y obsérvala desde todos los ángulos posibles, experiméntalo. Pero primero, empieza por quitarte los lentes de la oscuridad y ponerte los lentes de la luz. Ese que te permitirán apreciar y agradecer la belleza en la simplicidad.
Las personas que pasan sus días quejándose están despreciando los regalos mágicos de la vida, pasando por alto el más grande regalo, que es despertar otro día más. Además de poder gozar de salud y mirar todo lo que sucede a nuestro alrededor. Contabiliza cuantas veces al día te quejas y compáralas con la cantidad de veces que agradeces. Como ejercicio te sugiero que cada vez que intentes quejarte, corrijas y digas Gracias.
La queja solo nos conecta con la negatividad del problema, lo cual no permite mirar lo que nos quiere decir la situación. Recuerda que la solución la hallaras cuando cambies tu foco de atención. Mantén presente que a nadie le gusta estar al lado de quien solo emana negatividades.
