Preparar las tres comidas del día es cada vez más difícil para Ana Noguera, quien depende de un servicio eléctrico inconstante para poder comer. Ya son tres meses en los cuales los habitantes de la comunidad Las Naranjas, del municipio Libertador, han estado sin gas. Son aproximadamente 350 familias las que padecen a causa de la situación, que han logrado soportar de diferentes maneras.
Entre cocinas eléctricas, en algunas ocasiones fogones de leña y mucha incertidumbre, transcurren los días de Ana Noguera y los demás vecinos de la comunidad. Desde diciembre esperan que les lleguen las bombonas de gas doméstico, por las cuales ya pagaron. «El problema es que lo cobran y se quedan con el dinero nuestro, hasta que a ellos les parezca que llegue el gas”.
Los constantes cortes en el suministro de la energía eléctrica son motivo de preocupación, pues una de las formas de resolver es usar “caracolitos eléctricos”. Noguera explicó que cuando se dañan o no tienen el servicio recurren a la leña, pero con el inicio de la época de lluvia es una alternativa que pierde utilidad.
Más servicios que no funcionan
En general, La Naranjas es una comunidad que se siente olvidada. Hace mucho tiempo que los vecinos no reciben las bolsas del Comité Local de Abastecimiento y Producción (CLAP). Según Noguera, en otros sectores del municipio Libertador y el casco de Tocuyito cada 15 días surten la bolsa con comida, mientras ellos ya no recuerdan cuando fue la última vez que les llegó.
En la zona, los camiones del servicio de aseo no entran porque es agraria, pero también deben pagarlo. No solo la falta de gas preocupa a los vecinos, se suma al malestar general la falta de limpieza y de mantenimiento en los drenajes y alcantarillas.
Todavía no tienen respuesta de las instituciones encargadas del servicio de gas. Mientras tanto, siguen tratando de sobrevivir y de enfrentar la vida cotidiana, aunque sea cada vez más difícil realizar sus actividades básicas, como preparar comida.