(Foto Referencial)

El comerciante Kenery Joseph Bogado Hernández (33), quien se encontraba detenido en uno de los calabozos del retén de la Policía Nacional Bolivariana en San Agustín del Sur, murió supuestamente a consecuencia de golpes.

En este y otros centros de reclusión preventiva que se han convertido en cárceles, sigue aumentando el hacinamiento que genera hechos de violencia.

En lo que va de año se han registrado tres casos de fallecidos en el referido centro policial, otros dos murieron en la Zona 7 de Boleíta y uno en el retén de Caraballeda, estado Vargas, para un total de seis.

Bogado vivía en Carapita, vendía masa fácil en la avenida Panteón y fue detenido el viernes 12 acusado de estafa.

Según las autoridades, había varias denuncias en su contra y sus víctimas eran funcionarios policiales. Un agente policial llamó telefónicamente a la familia el sábado y avisó, para que le llevaran comida y dinero.

Bogado pasó dos días en el comando de la antigua Zona 2 en la avenida Sucre, el domingo fue presentado en tribunales y el juez ordenó su reclusión en el retén policial de San Agustín del Sur.

La familia se enteró el lunes que Bogado tenía otro sitio de reclusión y hasta allá se trasladaban para apoyarlo, llevarle comida u otro requerimiento. Les había comentado que los presos lo recibieron a empujones y había mucho hacinamiento.

Logró que lo sacaran del calabozo y llevaran hasta el patio, pero el jueves a las 9 de la noche les mandó un mensaje a los parientes informando que los policías lo habían metido nuevamente al calabozo y había sido golpeado.

El viernes 19 cuando su familia fue a saber de Bogado y llevarle comida, los funcionarios notificaron que lo habían matado siete presos, a las 3 de la madrugada y el cuerpo ya estaba en la morgue de Bello Monte.

No hubo mayores explicaciones, no saben si los responsables están siendo enjuiciados por este nuevo delito. Solamente se limitaron a recoger el cuerpo para enterrarlo.

Bogado era el menor de cinco hermanos, nunca había estado detenido y dejó huérfana a una niña de 9 años.

Seis presos han muerto este año en calabozos policiales. En San Agustín murió Carlos Francisco Rangel Novas (27) el 16 de julio, supuestamente golpeado por otros presos, y el lunes 15 de este mes falleció Carlos Suárez (21).

Su madre Maritza Navarro lo visitó y estaba muy débil, parecía desnutrido por la pérdida de peso, pidió que lo llevaran a un hospital y le dijeron que tenía que llevar una orden de la Fiscalía.

En el comando de Boleíta, antigua Zona 7 de la Policía Metropolitana, mataron a Carlos Enrique Pérez Gómez (21) el 28 de abril, por haber defecado en el calabozo. El 7 de agosto hallaron muerto en la celda 3 a Ronald Daniel Subero Alcalá.

El jueves 18 reciente, murió Angel Tosta (36), en el retén policial de Caraballeda, estado Vargas, cuando un policía jugaba con su revólver y se le escapó un tiro, que también hirió a otro preso.




Estimado lector: El Diario El Carabobeño es defensor de los valores democráticos y de la comunicación libre y plural, por lo que los invitamos a emitir sus comentarios con respeto. No está permitida la publicación de mensajes violentos, ofensivos, difamatorios o que infrinjan lo estipulado en el artículo 27 de la Ley de Responsabilidad en Radio, TV y Medios Electrónicos. Nos reservamos el derecho a eliminar los mensajes que incumplan esta normativa y serán suprimidos del portal los contenidos que violen la Constitución y las leyes.