Dayrí Blanco | @DayriBlanco07
En Encava, la que fue la planta más grande de ensamblaje de autobuses en el país, las máquinas se apagaron. No hay producción. Sin materia prima la empresa no pudo sostenerse más y sus 270 trabajadores fueron enviados a sus casas con suspensión de salarios.
En septiembre inició la detención. En ese momento apenas se fabricaba una unidad diaria de una capacidad de tres. “Pero se dejó de hacer autobuses y nos dedicábamos solo a la reparación de los vehículos que llegaban chocados”, explicó Arturo Franco, dirigente sindical de la firma.
Así se lo logró mantener la compañía por unas semanas. Las cuentas no daban. El 9 de octubre el personal fue enviado de vacaciones colectivas, y el lunes 23, cuando se tenía previsto el reintegro, la nómina fue enviada progresivamente a sus casas.
Desde la gerencia de Encava se informó que el 13 de octubre se introdujo un acta de suspensión laboral en el ministerio del Trabajo por 90 días. “Es sería hasta enero y no tenemos garantías reales de que, pasado ese tiempo, podamos volver a nuestros puestos”.
Actualmente solo hay 50 personas en planta trabajando en un proyecto de producción de chasis para unidades Yutong. “Pero nosotros desconocemos los alcances de ese acuerdo que se hizo con el Gobierno”.
La crisis de la empresa provocó que desde enero hasta la fecha la nómina pasará de mil 200 a 270. “Nosotros siempre hemos ganado más de salario mínimo, y hasta que fuimos suspendido fue así, pero ya no nos alcanzaba para nada. Por eso muchos decidieron retirarse”.
Los trabajadores se mantendrán desde este martes en vigilia permanente en las puertas de Encava hasta obtener respuestas.