Un virus ha cambiado por completo las costumbres sociales venezolanas. Ya no es solo el no poder saludarse con un beso o compartir, sino la reducción hasta del último acto de solidaridad: el velorio.
Joel Urribarri, director de la Cámara Nacional de Empresas Funerarias, explicó que el coronavirus ha obligado a reducir los velorios. Desde hace casi dos semanas, cuando el país entró en cuarentena total, las velaciones disminuyeron a dos horas y solo para los familiares más cercanos debidamente resguardados con tapabocas, detalló Urribarri.
En casos excepcionales, el velorio puede prolongarse hasta cuatro horas. Pero si la persona fallecida tenía síntomas respiratorios, o se sospechaba que se había contagiado con el virus, el protocolo a seguir es aún más estricto: el cadáver va directo al crematorio.
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