Jesús Romero se incorporó a la cola de la E/S Los Jarales a las 5:00 am de este miércoles. Le corresponde echar gasolina el jueves, pero ya sabe cómo es la movida, así que se fue preparado con una botella plástica con dos litros de agua congelada y su vianda del almuerzo.
La fila era incompresible y el número de vehículos impreciso. La hilera se enrollaba en varias cuadras de la zona y sólo hasta la noche Romero sabrá si logró entrar en los primeros 150. “A las ocho o nueve el personal de la estación nos enumera. Cuando quedas fuera de los 150 estás haciendo la cola a riesgo de que te quedes sin llenar”.
El combustible todavía es escaso en las gasolineras subsidiadas de Carabobo. Las ganadolas llegan todos los días pero no despachan su capacidad completa, mientras que en las estaciones dolarizadas la gasolina abunda.
Romero no tiene cómo pagar el litro a $0,5. Con cuatro niños en casa el salario apenas le alcanza para comprar alimentos. El cansancio se le nota en el rostro bronceado y los párpados caídos, pero no le queda más opción que aguantar el desgaste. En el fondo piensa que puede ser peor. “Aquí hay gente que empezó ayer la cola de mañana”.
Medio petro en un tanque
En las bombas internacionales de Valencia el panorama es radicalmente opuesto. Algunas estaciones, como la de Guaparo, permanecen totalmente vacías y con muchos litros disponibles.
Wilma Gómez hacía una cola de apenas siete vehículos. Su salario no le alcanza para comprar gasolina en divisas pero estaba emocionada porque en la E/S Lara aceptan petros como método de pago, a diferencia de las otras gasolineras dolarizadas donde se cancela únicamente en divisas.
Gómez trabaja en la Universidad de Carabobo y los aguinaldos del año pasado se los depositaron en la criptomoneda del Gobierno de Nicolás Maduro. “Yo no sabía qué hacer. Había intentado canjearlos por bolívares pero el sistema siempre me regresaba los petros”.
Esta vez Gómez pudo llenar los 50 litros de su tanque sin soportar una cola subsidiada, pero presiente que le espera algo desesperanzador para la próxima ocasión.
En otras estaciones dolarizadas la imagen era la misma. Sin colas, quienes pueden pagar en divisas obtienen el combustible rápidamente, pero en la mayoría solo aceptan la divisa norteamericana, como en el caso de Paramacay.