Faltaba una hora para que el sol saliera en el barrio Pinzón Herrera de Central Tacarigua, municipio Carlos Arvelo. Cuatro personas estaban a punto de ser asesinadas.
Alrededor de las casas de zinc y los árboles de cambur y aguacate estaban los carros con sus maletas abiertas para poner música a todo volumen. Estaban de fiesta. El reloj marcaba las 5:00 a.m cuando inició una discusión que involucró a Yusdisley Ruiz (18) y Elizabeth Bello (28) con dos sujetos por razones desconocidas.
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La situación se salió de control y con un machete uno de los delincuentes asesinó a las mujeres y al hijo de Ruiz. En la casa estaba la suegra de Bello, quien fue gravemente herida.
La sangre se empozaba en los huecos creados por las pisadas sobre la tierra empantanada. Los hombres además de lo ocurrido le prendieron fuego a la humilde vivienda.
Un vecino escuchó lo que ocurrió e intentó socorrer a las afectadas, pero se encontró con los asesinos. Los machetes seguían en sus manos. El señor Oscar Barreto (60) corrió a su casa a refugiarse, pero los antisociales acabaron con el tan rápido como con las dos muchachas. Su cadáver quedó tendido en el suelo y luego seria devorado por el fuego que ellos provocarían.
El sol seguía sin salir pero la luz del incendio iluminaba las calles. Por un hora aquellas viviendas arderían. El Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalisticas (Cicpc) llegó al sitio a las 10:00 a.m a recoger los cadáveres carbonizados. Dos de ellos estaban pegados a las camas y uno en la esquina de la casa.
Ruíz trabajaba como supervisor de seguridad, mientras que su madre limpiaba casas. Esta mujer fue trasladada al Hospital Carabobo, en donde es atendida por los médicos, luego de que le cortaran la mano.
Los vecinos aseguraron que los sujetos vinculados al crimen se encontraban bajo el efecto de las drogas.
