El fuerte aumento del dólar en las más recientes jornadas impulsó los incrementos de insumos como la harina de trigo panadero, lo que por consiguiente ocasionó el aumento del producto final: el pan campesino, por ejemplo, pasó de los 50 mil en promedio a los 70 mil bolívares en la mayor parte de las panaderías de Valencia.
Y si la semana pasada los comercios basaban sus ofertas en canillas para contentar a sus más fieles compradores, la dinámica parece haber mutado. Aquí y ahora, el campesino es el rey.
Hay comercios en los que se consiguen variantes de precio: unos en 60 mil, otros en 65 mil. Algunos más al norte de la ciudad cotizan en 90 mil y hasta 110 mil bolívares, pero también influye el peso del bollo o si la corteza es dura o blanda.
La apariencia del pan campesino es clave
Desde la avenida Aranzazu, los locales Nueva Aveirense y La Gran Coimbra, a una distancia de dos cuadras entre sí, tienen el campesino en 75 mil y en 50 mil respectivamente. Ciertamente se trata del mismo tipo de pan, pero la apariencia varía un poco.
En la avenida Lara, la primera parada se realizó en un local atendido por un par de socios de ascendencia árabe, quienes expenden en un local que no tiene carteles ni nombres visibles, pero sí muchos avisos con sus ofertas del día en salados y dulces.
Allí, uno de ellos señaló que los insumos incrementaron de manera importante en una semana. De hecho, ofertaban la canilla en 30 mil bolívares y cuatro canillas por 100 mil bolívares hace siete días.
Para esta semana, han prescindido de las canillas y han empezado a brindar campesinos a 70 mil bolívares por unidad y dos por 130 mil. El resto lo componen una variedad de panes dulces que vuelan del mostrador tanto por la apariencia como por el olor que emanan.
Una batalla de precios
En la misma vía se consiguen comercios que venden campesinos desde 30 mil, pero de pronto surge uno justo al lado que lo vende en 40 mil, y más abajo alguno más repunta y lo vende en 65 mil.
Este último caso es el de Pan y Dulces Shangri Le. Al hablar con su encargado, Joel López, explica el porqué. “La semana pasada compré dos medios sacos de harina en 3 millones 800 mil bolívares, pero esta semana han sido 5 millones”.
Se trata de una harina de origen turco, que llega a Venezuela gracias a la medida de liberación de importaciones tomada por el Gobierno hace dos años, explica López.
Pero también hay una harina cuyo trigo llega en grano al país y las moliendas de empresas como Mocasa los dejan listos para empacar y enviar a las panaderías. Ese insumo, que la semana pasada estuvo en 2 millones 530 mil el saco de 45 kilogramos, esta vez se elevó a 4 millones 80 mil bolívares.
Y eso por decir lo menos. Agregó López que durante la cuarentena, las autoridades municipales o regionales no les han exceptuado de impuestos o servicios, y hasta el de aseo municipal, que hasta junio del año pasado se cotizaba en 600 mil bolívares al mes, ya se incrementó a los 7 millones de bolívares este año. Todo esto influye en el costo final del pan.
En sitios como Marapan 82, entre Lara con Branger, el protagonismo lo toma el Siciliano, que avanza hasta los 120 mil la pieza, aunque no dejan de ofrecer el campesino en 60 mil.
El ascenso del norte
En la avenida Bolívar Norte, La Nueva Ateneo se apunta con un campesino suave en 50 mil bolívares y es lo más económico que se encontrará en esa zona, porque más adelante, a tres cuadras, la Panificadora JD tiene la canilla en 40 mil y la vende por paquete de dos unidades (80 mil), aunque puede hacer la excepción.
El promedio en la Bolívar Norte se conserva en el rango de los 70 mil bolívares y repunta al llegar a la panadería Oasis, ubicada en las cercanías de la redoma de Guaparo, que expende la canilla en 70 mil, el campesino en 110 mil y el pan francés, que desapareció hace mucho en el sur, en unos 20 mil bolívares la unidad.
En el caso de la última parada del periplo, la panadería Paseo La Granja, el campesino está en 90 mil, la canilla en 70 mil y el siciliano en 130 mil. El francés también entra en la lista con unos astronómicos 30 mil y se suman dos variedades que hace tiempo estaban perdidas, el pan de mantequilla y el sobado, en 35 mil y 30 mil bolívares respectivamente.
