(Foto: Cortesía)

Jorge es administrador y Leticia es contadora, y en los últimos años se especializaron en lograr que sus ingresos les alcancen para llegar a la próxima quincena con comida en su casa. A veces lo consiguen, otras pasan dos o tres días sin incluir proteínas en sus platos, aunque, además de sus salarios como trabajadores del sector público, él vende repuestos para vehículos y ella arregla uñas cada tarde y los fines de semana.

Ellos se conocieron en la oficina del gobierno regional para la que trabajan desde hace más de 25 años. Se enamoraron y, antes de casarse, compraron su apartamento y lo amoblaron. Todo con sus sueldos como empleados públicos que hoy no les alcanza ni para pagar el pasaje y asistir a la oficina.

Cada uno recibe al mes 130 bolívares desde el 15 de marzo de 2022 que, para ese momento, representaban 30 dólares y que este 1 de mayo, Día Internacional del Trabajador, equivalen a 5,25 dólares, de acuerdo a la tasa oficial del Banco Central de Venezuela (BCV). Esto significa, en los cálculos del economista José Guerra, una devaluación de 84%.

Mientras que en abril de 2022 la canasta alimentaria era de 480,92 dólares, según el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas – FVM), y se pagaba con dos mil 232 bolívares, los datos al cierre de marzo de 2023 indican que para los mismos 60 productos se requería 510,88 dólares o 12 mil 506 bolívares, que es igual a más de 96 salarios mínimos.

Las cuentas de la sobrevivencia

Esos son números de precios de productos y cuánto aumentan mes tras mes, que Jorge y Leticia conocen muy bien. Ellos no compran todo en un solo lugar, sino que hacen un estudio, un par de días antes de cada quincena, de dónde están las mejores ofertas de cada rubro y visitan al menos cinco establecimientos para rendir el dinero con el que hacen mercado.

En “días buenos”, Jorge reúne entre 60 y 80 dólares de ganancia en una quincena al vender repuestos por internet y entre conocidos, mientras que su esposa logra entre 50 y 80 dólares haciendo manicura en un espacio que habilitó en la sala de su apartamento.

Se organizan y destinan 100 dólares para la comida de dos semanas y con lo que queda, que puede ser 20, 30 o 50 dólares, con mucha suerte, compran medicinas, guardan para el pasaje y pagan servicios públicos.

“Los trabajadores del sector público tienen que rebuscarse, incluso, hay patronos que les han dado la libertad de trabajar solo dos días a la semana para que se puedan rebuscar haciendo buhonerismo, vendiendo cualquier cosa para medio sobrevivir y compensar el salario con el trabajo informal”, relató el secretario general de la Federación de Trabajadores de Carabobo (Fetracarabobo), Jhonny Magdaleno.

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Jhonny Magdaleno, secretario general de Fetracarabobo (Foto: Archivo / El Carabobeño)

Para él, esto ocurre porque Venezuela tiene el salario más bajo de Latinoamérica. El de Colombia es de los más bajos y está en 280 dólares. El nuestro es de cinco”.

Jorge y Leticia no renuncian porque aman lo que hacen. Ellos saben que no pueden vivir de esos sueldos, “pero es que si nos vamos nadie va a querer asumir esos cargos por una remuneración como la que recibimos, y nos da dolor que el esfuerzo de más de 25 años se pierda porque, sin importar la política, nuestros departamentos administrativos funcionan muy bien”.

La ilusión del aumento

La pareja no piensa en un posible incremento salarial. Por el contrario, están planificando un nuevo negocio con la venta de pastichos a domicilio los fines de semana. Sus dos hijos migraron con sus familias hace más de siete años. Ellos les envían cajas con algunos productos de higiene personal, vitaminas y otros artículos que no incluyen en su lista de compras quincenales, aún así, a veces no les alcanza el dinero. “Y estamos seguro que aumenten lo que aumenten, tampoco nos va a alcanzar”.

A diferencia de ellos, su vecino jubilado sí tiene la ilusión del aumento. Desde hace algunas semanas no para de hablar de eso. En el ascensor, Luis Jaimes, de 69 años, le pregunta a quienes se consigue de cuánto cree que será el nuevo sueldo.

“Me han dicho que será de 50 dólares, eso es más que la miseria que nos dan ahorita, pero yo creo que tampoco me alcanzará para nada porque los precios aumentarán y eso se convertirá en sal y agua”, expresó decepcionado.

Magdaleno dijo que lo que desde las organizaciones de trabajadores piden es que el aumento del salario sea como lo establece el artículo 91 de la Constitución, “que debe ser digno y que alcance para la canasta básica, por eso debe ser en el orden de 500 a 600 dólares… El gobierno seguro hará una contraoferta muy inferior, pero nosotros nos mantenemos firmes y en el marco de la legalidad”.

Para Guerra, el ideal de salario para un trabajador del país es uno que evidentemente  cubra el valor de la canasta alimentaria, por lo que debería ser de entre 450 y 500 dólares, lo que no daría la posibilidad a los venezolanos de ahorrar, porque solo alcanzaría para comer.

Sin embargo, es un monto que, según afirmó el economista, el gobierno no puede pagar. “Pero para un salario de entre 100 y 150 dólares sí cuenta con los recursos, porque tiene la recaudación del IVA (Impuesto al Valor Agregado), el Impuesto Sobre la Renta (ISLR),el Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF), la venta de la gasolina en dólares, las exportaciones petroleras y, más recientemente, las de Chevron que está exportando, según la agencia Routers 148 mil barriles al día que se venden sin sanciones, a precio de mercado y con un petróleo cuyo flete es muy bajo porque sale del Lago de Maracaibo a las costas este de los Estados Unidos y tarda dos días en llegar, en lugar de los 21 o más que tarda un buque saliendo del mismo lugar hacia Asia”.

Asamblea Nacional asegura que gasolina vendida en bolívares presenta escasez de 60%
José Guerra, economista (Foto: Archivo/Cortesía)

Más de un año con el mismo sueldo

El 15 de marzo de 2022 fue la última vez que Jorge, Leticia y el resto de los 100 mil trabajadores públicos y los cinco millones 200 mil pensionados recibieron un aumento salarial.

Ya ha pasado más de un año y los venezolanos, que estaban acostumbrados a recibir hasta tres incrementos de sueldo al año, se preguntan ¿por qué se ha postergado tanto esta medida?

El economista José Guerra dijo que el gobierno ha privilegiado no aumentar los salarios tratando de frenar la presión inflacionaria.

“Pero, al medir marzo 2022 con marzo 2023, la inflación es de 501% según el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF). De poco ha servido la contención salarial para mitigar el aumento de la inflación, eso quiere decir que la variable que más ha sido afectada en este lapso de un año ha sido claramente los salarios”.

También aseguró que el salario debe ser fijado en dólares, aunque sea pagado en bolívares porque no se cuenta con la infraestructura para distribuir dólares en efectivo o en cuentas bancarias en divisas, pero  la referencia debe ser en dólares para preservar el valor adquisitivo del salario, que es la variable que más ha sido afectada por este programa de ajuste contractivo que ha aplicado Nicolás Maduro».

Este 1 de mayo llega con la petición de aumento de salario más firme que nunca. Trabajadores del sector público saldrán a las calles a exigirlo, como lo han hecho desde principios de año. Mientras tanto, la mayoría, como Jorge y Leticia, combinan su labor profesional con la de otra actividad informal que es la que les permite sobrevivir en Venezuela.




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