Producto de una descarga eléctrica, murió fulminado el recluso Freddy Alexander Ochoa Itriago, de 20 años, quien se encontraba en un calabozo de la Policía de Caracas, ubicada en la Cota 905, parte alta de El Paraiso.

Familiares del interno relataron que el accidente se registró el lunes en horas de la tarde, cuando Freddy se disponía a conectar una cocinilla eléctrica y tuvo contacto con el cable de alta tensión, que lo arrojó con fuerza y salió despedido.

Le prestaron auxilio, llevándolo al hospital Miguel Pérez Carreño, pero falleció.

Presumen que Ochoa estaba descalzo al momento de hacer la conexión, o el piso estaba mojado.

El joven tenia dos años preso por el delito de robo, y su juicio estaba a pocos meses de concluir, para obtener la libertad.

Carolina Girón, directora del Observatorio Venezolano de Prisiones, deploró el hecho de que muera un preso que se encuentra bajo custodia del Estado.

Informó la abogada que de 1999 a 2019, murieron más de 7.000 personas en centros de reclusión.

Debido a estos decesos y numerosos casos de lesiones, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha dictado medidas provisionales de protección a favor de los presos en varios centros carcelarios.




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