La tercera jornada de cuarentena en la Gran Valencia se vivió, como las anteriores, en medio de restricciones a la venta de gasolina y a la circulación, y con una ciudadanía que demostró consciencia en torno a los riesgos que implica el contagio del coronavirus.
La venta de gasolina se mantuvo solo a personal autorizado en las áreas de transporte, seguridad, alimentos y servicios básicos. Los propietarios de vehículos particulares no pudieron acceder al combustible, pese a que muchos esperaron durante horas por una posibilidad, que lucía remota pero no inalcanzable. Desafortunadamente, la esperanza se esfumó.
La estación de servicio El Prado y la del Fuerte Paramacay, en Naguanagua, fueron las más concurridas durante el día. En la primera, varios motorizados y conductores de vehículos particulares estuvieron durante varias horas esperando para surtir, pero la mayoría no lo logró.
En la zona industrial Valencia y en la Autopista Regional del Centro, entre los distribuidores Divenca y San Blas, varios puntos de control de los cuerpos de seguridad mantuvieron el tránsito restringido. La idea es evitar que la ciudadanía se mantenga en las calles. El llamado, nuevamente, fue a quedarse en las casas para minimizar el riesgo de contagio.
Muchas personas se observaron caminando en las calles. La mayoría portaba tapabocas y unos pocos mostraban sus guantes. Las calles estuvieron bastante despejadas, en especial en horas de la tarde y la noche.