(Foto referencial)

En Venezuela se viven cambios impactantes, uno de ellos se caracteriza por la emigración masiva de los venezolanos, lo cual nos ha llevado a estar divididos en dos grupos: Los que se quedan y los que se van.

La fragmentación de las familias es algo muy común en nuestros días, comunicarnos tras una videollamada, ver fotografías a través de las redes sociales. Pero hay más, también esta situación nos ha llevado a relacionarnos de la forma inadecuada.

He comprobado que quienes se encuentran fuera del país se sienten en la responsabilidad de enviar dinero, o salvar a quienes se encuentran en Venezuela, asumiendo así que quedarse en el país es una especie de muerte, o incapacidad.

Considero que el principal requisito para apoyarnos es tomar en cuenta que aún a pesar de las adversidades propias que representa vivir en Venezuela hay muchas labores por hacer, hay formas de conseguir dinero.

Por tanto, si estás en el exterior y tienes familiares en el país evita aumentar el tamaño del problema, haciendo comentarios como “¿Cómo está la cosa por allá? ¿Cada día peor? ¿Todo está muy caro? Centrémonos en otros aspectos menos negativos, que permitan crear un dialogo cercano donde el familiar que vive en Venezuela pueda sentirse contenido y no aterrorizado, pues en algunos casos se tiende afirmar que para quedarse hay que estar “loco”.

En el caso de los familiares que se quedan, o quienes nos quedamos, es necesario ser voceros de esperanza y no creadores de nuestro propio caos, veo y escucho personas que hablan con sus familiares en el exterior como si no hubiese gente trabajando, personas creando oportunidades, algunos teniendo éxito a pesar de la circunstancia. Me pregunto, porque nadie les comenta a sus familiares o amigos en el exterior que alguien ha abierto un nuevo negocio, que hay algunos creando un proyecto interesante por el país y lo está llevando a cabo. Es necesario aumentar las noticias positivas, que aunque se creen inexistentes si las hay.

La mejor forma de crear un equilibrio entre la información que se recibe es dosificándola, sí  bien es cierto mucho de lo que se lee en redes sociales, pero, ¿Qué tanto le aporta a mi bienestar emocional tanta negatividad?¿Qué tan provechoso es para mí y mi familia hablar sobre la situación país?

Seamos unidos como venezolanos estemos donde estemos, lo realmente importante es apoyarnos y respetar las circunstancias de cada uno. Quedarse es duro y difícil sí, irse también lo es. De modo que, la mejor forma de acortar distancia es acompañarse y contenerse en el proceso. ¿Para qué hacerlo más difícil? Recuerda, aún seguimos viviendo y trabajando por una Venezuela mejor, si estás fuera de ella únete para amarla, no para descalificarla.

 




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