Cuatro meses han pasado desde la última vez que Rosa González tuvo gas doméstico en su vivienda, ubicada en el sector 10, vereda 17 de La Isabelica. El retraso en el suministro en esta comunidad de la parroquia Rafael Urdaneta de Valencia data desde el mes de abril.
Al momento de preparar los alimentos utiliza una olla arrocera, microondas o un electrodoméstico para cocinar las arepas, pero como las fallas de electricidad son frecuentes, tiene que recurrir a la leña como paliativo.
Cada vez que cocina con leña, el humo que inhala le afecta las vías respiratorias. «Cocino en leña porque se va la electricidad con frecuencia. Yo soy asmática y eso me afecta la salud».
Esta situación se replica en la casa de Elizabeth de Ortiz, quien vive en el barrio 3 de mayo. No tiene cocina eléctrica y su única alternativa es recurrir a la leña. «Uno se está quemando las pestañas con carbón, con leña, con varita. Se cocina con lo que se puede».
En cambio, Pedro Ysea no puede utilizar ramas secas para cocinar porque vive en un apartamento en el bloque 17 de La Isabelica. Su único recurso es la cocina eléctrica pero cuando el servicio de energía eléctrica es interrumpido sin aviso, tienen que ingeniárselas para comer. «Hoy estábamos sin luz y tuvimos que improvisar comprando pan y cachapa para poder comer».
En la Gran Valencia, son reiterativas las denuncias de los vecinos referidas a las fallas en el suministro de gas doméstico. El equipo de El Carabobeño se intentó comunicar con el presidente de la Corporación GasDrácula en Carabobo, José Parada, pero el llamado no fue atendido.
