Venezuela país de bondades ocultas, de oportunidades diversas y de muchas variantes. En Venezuela nos levantamos muy temprano para trabajar y hacer de nuestro rubro el mejor de todos.
Y es que los que vivimos en Venezuela nos enfrentamos a desafíos diarios: Tomar el transporte público, llegar a tiempo al trabajo, comprar lo necesario para alimentarnos, pero pese a tantas adversidades somos una nación dispuesta a crecer y salir adelante en medio de las dificultades.
Para vivir en Venezuela es necesario dosificar la información que recibimos para evitar la ansiedad y el estrés. En Venezuela es necesario vivir día a día sin prisa, centrarse en el presente porque el mañana lo veremos luego. En Venezuela, nos levantamos optimistas esperando buenas noticias, añorando esa llama de luz que ilumine nuestros espacios. Mientras tanto, somos pequeñas luciérnagas que trabajan de un lado a otro, para iluminar la oscuridad. Hoy son muchos los que han perdido las esperanzas, los que se han rendido pero aún quedan motivos para sonreír y vivir.
Tenemos la capacidad de superarnos, de apoyar a quien la desesperanza le ha arrebatado las ganas de vivir.
Somos más que una situación difícil, somos más que venezolanos que viven en medio de un caos, somos un montón de gente con sueños y muchas ganas de seguir viviendo en un país como este, maravilloso pero un tanto herido.
Nuestro trabajo como habitantes de esta tierra es aportar un granito de arena para verla crecer, unámonos a una campaña en la cual no desvaloricemos a nuestro país; propaguemos la esperanza en quienes sienten que han perdido todo, ayudemos a quienes podamos y seamos más que humanos, hermanos. Amor con amor atrae más amor.
