En las últimas semanas se ha generado dentro de la oposición representada en la Mesa de la Unidad Democrática diferencias en el orden estratégico que se ha reflejado en el desánimo de grandes sectores de nuestra sociedad.  Este hecho es consecuencia de la decisión de sentarse a la Mesa de Diálogo junto al gobierno con la idea de salir del hueco donde está sumergida la administración pública que arrastra a todos los venezolanos.

Era evidente que hasta ese momento más de 80% de compatriotas estaban con la adrenalina potenciada a la par de la esperanza ante la probabilidad de salir de esta situación activando el refrendo revocatorio este mismo año. Como acto de encanto todo se derrumbó y comenzaron a caer piedras sobre el techo de la MUD y su dirigencia política.

Hoy día las críticas a los dirigentes del oficialismo por su ineficiencia, corrupción, por su autoritarismo, y hasta sus vínculos con el narcotráfico, poco o nada ayudan para rescatar el optimismo y sostener fortalecida la Unidad. Sencillamente, porque el pueblo está convencido de esos hechos y sufre en carne propia todas las calamidades; está consciente que el socialismo del siglo XXI es un fiasco, la mejor expresión de la antigualla.

Lo que desea ese pueblo es que le presenten alternativas seria y factibles, sin vaguedades, sin cálculos conservadores echar al gobierno de Miraflores. Retomar los caminos que les conduzcan hacia la prosperidad y dejar atrás el primitivismo de quienes están aferrados al poder como una ventosa para salvaguardar sus riquezas mal habidas.

La solución no está en salir de la MUD, por el contrario a ella hay que fortalecerla, ventilarla, haciendo los cambios que ameriten hacerse. Retomar la Unidad y evitar su fractura, pero hay que actuar de inmediato, sobre la marcha. Este 6 de diciembre día que hablará por tercera vez la Mesa de Diálogo debe ser determinante para que la oposición asuma un enfoque que concreten de una vez los acuerdos que el oficialismo no ha cumplido. Ese día hay que salir con hechos precisos, con fechas exactas. De no ser así, mejor tomar la decisión aunque no sea la panacea ni mucho menos, de abandonar el dialogo y retomar la ruta que con todas las dificultades hasta hace poco nos hacía ganar terreno.

La crisis económica será cada vez más severa, los vertederos de basura serán insuficientes para darle de “comer” al grueso número de venezolanos que se sumarán en 2017 a las filas de la pobreza crítica. Muchos otros se incorporarán a  bandas de delincuentes que seguirán asesinando en las calles para vivir a través de métodos análogos a los líderes de la “revolución”.

 

 




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